7 de octubre de 2016

¿Están seguros los monumentos sevillanos?

El Real Alcázar y el Ayuntamiento cuentan con cámaras de vigilancia y un servicio de seguridad las 24 horas
El expolio sufrido este verano por el Monasterio de San Isidoro del Campo, de donde se llevaron dos paños de azulejos de Niculoso Pisano, y la reciente denuncia del comité de empresa de Itálica sobre la disminución de vigilantes en este conjunto arqueológico abre muchas incógnitas sobre la seguridad del patrimonio histórico y cultural y sobre como se protegen nuestros monumentos y edificios singulares de agresiones y robos.
En la capital hispalense, hay muchos inmuebles de gran valor y titularidad diversa cuyo sistema de vigilancia para prevenir incidencias varia en cada caso. Uno de los más singulares es el Real Alcázar que cuenta con dispositivo de vigilancia las 24 horas del día al que se suman un sistema de cámaras de vigilancia y que se va ampliar en breve: el Ayuntamiento ha sacado a licitación, por 2,4 millones de seguridad, la prestación de este servicio durante los dos próximos años, hasta 2018, y, como novedad, va a primar la instalación de cámaras de visión nocturna en el monumento que a principios de este año sufrió el robo de una pieza de yesería. Al concurso se han presentado tres ofertas.
En el caso del Ayuntamiento, las dependencias de la Plaza Nueva, que no es sólo sede de la Alcaldía, grupos políticos y áreas administrativas, sino que guarda piezas de arte de notable valor, son vigiladas directamente por la Policía Local, que mantiene un dispositivo de seguridad las 24 horas del día y cuenta con un sistema de videovigilancia.
El Ayuntamiento también es titular de otras muchas dependencias que son bienes de interés cultural o guardan piezas de gran valor artístico y donde una intrusión podría causar importantes daños. Es el caso de edificios como el Museo de la Cerámica, Castillo de San Jorge, Santa Clara, Antiquarium o el mismo Palacio de los Marqueses de La Algaba, sede del Centro Mudéjar. Todos ellos, aseguran fuentes municipales, cuentan con un sistema de videovigilancia al que se suma un servicio de seguridad privada durante el tiempo que están abiertos y que, por ejemplo en el caso de Santa Clara, se refuerza cuando se celebran exposiciones.
Los edificios religiosos también velan por su seguridad con medidas de todo tipo. La Catedral, confirman desde el templo metropolitano, cuenta con vigilancia las 24 horas del día y un circuito de cámaras de televisión que permite controlar cualquier incidencia. Algo similar ocurre con la iglesia de El Salvador, pero también en otros muchos templos.
Desde el Arzobispado de Sevilla destacan que hace unos años, tras el aumento de robos, se envió una circular a las parroquias de la Archidiócesis en las que se le recordaba la obligación que tenían de tomar medidas para asegurar su patrimonio. Esas medidas varían en virtud del patrimonio que tenga cada parroquia, pero las básicas son que de día haya siempre una persona pendiente de lo que ocurre en el interior del templo y por la noche los objetos de más valor se custodien en lugar seguro.
A estas medidas, se suman otras dependiendo de la capacidad de cada parroquia y que se hacen especialmente importantes en aquellos templos que son a la vez sede de hermandades cuyos titulares son objeto de una especial veneración, en algunos casos convertidos en verdaderos fortines.
Así, la hermandad del Gran Poder decidió en 2008 implementar las medidas de seguridad y, señala su hermano mayor, Félix Ríos, cuenta con personal de seguridad, videovigilancia en toda la basílica, un sistema de alarmas que avisa de una posible intrusión y la cámara donde está su titular está blindada, con dos puertas ignífugas. Algo parecido pasa en la basílica de El Cachorro, donde explica su hermano mayor, Marco Antonio Talavera, cuentan desde hace años con cámaras de vigilancia, alarmas, vigilancia 24 horas, sistema contraincendios que incluye telones cortafuegos en torno a las imágenes tanto del Cristo que tallara Ruiz Gijón como de la Virgen del Patrocinio.«Contamos con los últimas novedades en cuestión de seguridad e incluso los viernes, cuando más gente acude a la basílica tenemos un sistema de vigilancia de los propios hermanos», añade Talavera.
La hermandad de la Esperanza de Triana aprovechó las recientes obras en su basílica para potenciar su seguridad. Su hermano mayor, Alfonso de Julios, cuenta que cuentan con un sistema de videovigilancia que cubre la totalidad de la capilla, incluido el altar del Cristo de las Tres Caidas y la Virgen de la Esperanza. El sistema de protección contra incendios supone que, en caso de fuego, la imagen de la Virgen baja a una cámara acorazada, un bunker, con un telón de acero y material totalmente ignífugo; la imagen del Señor por su parte retrocede al tiempo que se levanta otro telón de acero para protegerlo. Junto a estas medidas suman otras como de que, en el besapiés de su titular, la imagen no está sola nunca, al menos la escoltan dos personas.
Por supuesto, la seguridad prima también en la basílica de la Macarena, que, desde 1974, cuenta con un telón cortafuegos para proteger a los titulares de la hermandad basado en esta ocasión en un sistema de elevación, como ocurre en otras corporaciones.