El masaje cardiaco del guarda permite tener estable al anciano hasta la llegada del equipo médico que lo llevó a la UCI del Santa Lucía
Un hombre de 81 años salvó la vída, aunque permanece ingresado en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Santa Lucía, gracias a la rápida intervención de un guarda jurado del servicio de seguridad propio del Polígono Residencial Santa Ana, que evitó que se ahogara y le mantuvo con vida hasta que llegaron los sanitarios de la ambulancia que le trasladó al centro médico. Al parecer, sufre las consecuencias de un ictus o derrame cerebral.
«Llevo casi 15 años aquí y he asistido a partos y a un infarto en el que no pude hacer nada. En esta ocasión recibimos el aviso de que una vecina de un piso pedía auxilio desde el balcón. Al llegar allí, en la cocina me encontré a un señor mayor que se estaba amoratando porque no podía tragar unas natillas o un yogur», explicó el vigilante, que pidió anonimato a cambio de contar lo sucedido. Lo más importante es mantener la calma y conseguir que el reto de las personas de alrededor se tranquilicen. «Le liberé las vías respiratorias, su mujer le quitó la dentadura postiza y el masaje cardiaco y pulmonar consiguió que volviera a respirar, aunque con muchos espasmos», relató.
Sin embargo, la víctima del ataque no volvió a estar realmente consciente: «Mantuvo los ojos en blanco hasta que, unos 10 minutos después, llegó la ambulancia y se lo llevó, algo más estabilizado, al Hospital Santa Lucia».
El hombre llegó con vida al centro médico, en cuya UCI continuaba ingresado ayer por la tarde, con pronostico reservado, según informaron fuentes vecinales. Lo delicado de su estado general ya quedó de manifiesto unas horas antes del ataque. A las dos de la tarde, ya se había encontrado mal y fue trasladado en otra ambulancia al Santa Lucía. Sin embargo, volvió con el alta hospitalaria a las ocho de la tarde. Apenas una hora más tarde, sufrió otro problema durante la ingestión de un postre.