Las comunidades de vecinos recurren a vigilantes privados para evitar robos

Hacen rondas por los bloques de edificios que les han contratado al quedar desiertas localidades del interior de la Región

Los vigilantes no suelen ir armados, para lo que necesitarían el permiso de la delegación del Gobierno l.o.

• Fotos de la noticia

DAVID GÓMEZ "Si los japoneses hubieran sabido lo que iba a pasar en Hiroshima y Nagasaki, jamás hubieran bombardeado Pearl Harbo". Así explica Simón Campillo, administrador de la empresa murciana Lexortus Seguridad, la importancia de prevenir, que como dice el refrán, siempre es mejor que curar. Así lo entienden también las comunidades de vecinos de la Región, sobre todo de Murcia y Cartagena, que recurren cada vez más a contratar seguridad privada para que vigilen sus edificios durante los meses de verano, cuando las ciudades se quedan vacías porque sus habitantes se marchan de vacaciones y, por tanto, los solitarios inmuebles se convierten en un blanco perfecto para los delincuentes, que no suelen tomarse descansos.

Desde la Asociación Regional de Empresas de Seguridad (Aresmur), cuya presidenta es Encarna Ortiz (de Vigilant S. L.), confirman esta tendencia, aunque señalan que no disponen de datos exactos sobre su incidencia en la Región. También lo ratifica Simón Campillo, de Lexortus Seguridad, que asegura que una veintena de comunidades de propietarios de la capital murciana han contratado para este verano este servicio con su empresa. El coste económico varía según lo que cada cual quiera para su edificio.

Por si les da por entrar a robar...

• Normalmente, los vigilantes (hay de dos tipos, los guardias de seguridad y los auxiliares, dependiendo de si el inmueble tiene sistema de vídeo) suelen estar en las porterías de los inmuebles de lunes a viernes de ocho de la tarde a ocho de la mañana, trabajando a jornada completa durante los fines de semana, de manera que los ladrones que escudriñan la ciudad en viviendas inhabitadas para robar no perciban que el edificio se encuentra totalmente desprotegido. Que les quede muy claro que, si se les ocurre entrar a robar, hay una persona que va a dar de inmediato la voz de alarma y el el aviso a las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Durante su turno de trabajo, los guardias de seguridad llevan a cabo rondas periódicas para comprobar el buen estado de las instalaciones comunes, y también salen a la calle para causar el referido efecto disuasorio. Además, los vigilantes están a disposición de aquellos vecinos que no se han ido de vacaciones y que permanecen en la ciudad para, si así lo requieren, acompañarlos cuando vuelven a casa de noche, algo que también pueden hacer los serenos que tienen algunos ayuntamientos como el de Murcia. También suelen acudir con ellos al garaje, que suele ser la zona más vulnerable del inmueble en lo que a seguridad se refiere.

Las empresas de seguridad consultadas señalan también que no solo se requiere de los servicios de los vigilantes privados en las ciudades, sino también en zonas de costa.

"Nos llaman mucho de las playas, especialmente aquellas comunidades de propietarios que tienen piscina, para que no entre nadie en las zonas en las que está prohibido el baño, con el fin de evitar posibles accidentes, ya que entonces la responsabilidad caería sobre la propia comunidad", explica Simón Campillo, quien asegura que desde que los ciudadanos comenzaron a contratar este servicio de vigilancia en los edificios en verano, aproximadamente desde principios del siglo XXI, "no ha ocurrido un solo robo en los inmuebles con los que hemos trabajado. Ya le digo que disuadir es lo más efectivo", afirma.

Sin armas, pero con porras

• Estos vigilantes no suelen ir armados, para lo que necesitarían el permiso de la delegación del Gobierno, aunque llevan su dotación de seguridad, con porras, sprays y grilletes por si se tienen que enfrentar con los 'cacos'.

Cuidado con el intrusismo

Desde Aresmur, la patronal del sector que integra a quince empresas de seguridad de la Región, advierten a los ciudadanos de que cualquier servicio de vigilancia que contraten (ya sea vigilantes privados) debe ser prestado por una compañía que cuente con todas las homologaciones y permisos del ministerio del Interior, pues se trata de un sector donde hay mucho intrusismo. Así, por ejemplo, una grabación de un robo realizada por un sistema de videovigilancia de una empresa homologada tiene mucha más validez en un juicio que una instalación casera. "Estas cosas hay que hacerlas bien", asegura Encarna Ortiz, quien advierte de las sanciones que la legislación contempla para los casos de dispositivos de seguridad no autorizados

Además, el control para evitar el intrusismo en este sector es muy férreo por parte de la unidad de seguridad privada del Cuerpo Nacional de Policía en Murcia