La francesa agredida por unos guardias en un supermecado de Torrevieja regresa a su país
La madre de la familia francesa golpeada en el Carrefour de Torreviejapor dos guardias de seguridad estuvo una hora esposada, según le hicieron saber los agentes de seguridad, por la supuesta substracción de un salchichón valorado en tres euros. Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad facilitadas por el hipermercado muestran como el marido se dirige a la caja con el citado salchichón y antes de pagar su compra lo devuelve al estante del que lo cogió.
La familia francesa, cuyo hijo pequeño grabó unas imágenes en las que se ve como dos guardias de seguridad dan una paliza a sus padres,permaneció en España hasta ayer. Frente a una jueza en Torrevieja los padres de la familia explicaron los hechos ocurridos el pasado 30 de diciembre en el centro comercial cuando dos vigilantes de seguridad introdujeron a la mujer, de raza negra, en un habitáculo donde realizaron “gestos indecorosos de índole sexual” , en palabras de la defensora de la familia, Mari Carmen Pérez Cascales.
Según la versión de la familia, se les retuvo acusados de haber sustraído un salchichón. Eso fue lo que dijo a la madre un tercer vigilante que no participó en la paliza que la pareja acabó recibiendo. En las imágenes facilitadas por el centro se observa como el padre, acompañado de sus hijos, escoge un salchichón pero al llegar a la caja opta por no comprarlo. El padre pagó una compra de 10 euros y caminó junto a sus hijos hacia la salida. En las imágenes, según la letrada, se puede observar como la madre camina unos metros detrás de su familia.
Tras pasar varias veces por el arco detector de productos robados después de que hubieran sonado las alarmas del centro a su paso, la mujer, de origen senegalés, accedió a acompañar a los vigilantes a un cuarto incluso después de haber sido cacheada en plena salida. De nuevo en el habitáculo la volvieron a cachear los dos agentes, varones, por lo que protestó la mujer.
La escena se fue calentando en un ambiente de incomprensión (la familia no habla español ni los vigilantes francés), según ha resumido la defensora, hasta el punto que los vigilantes empezaron a hacer gestos obscenos a la mujer. Fue un escupitajo lo que hizo que el marido saltara contra uno de los agentes de seguridad y lo que desemboco en las escenas grabadas por el hijo menor de la familia.
El padre admitió haber mordido en un dedo a uno de los agentes cuando este le intentó reducir cogiéndole por el cuello en una escena que grabó el hijo y en la que se ve como consiguen esposar a la madre, a la que incluso lanzaron un puñetazo ya esposada. Según la declaración del padre, se puso a gritar “¡Policía, Policía!” durante el tiempo que estuvieron retenidos.
La mujer no fue liberada hasta que apareció la Guardia Civil en el centro comercial, donde estuvo esposada cerca de una hora. La familia no pudo presentar denuncia hasta el día 2 por falta de un traductor en el cuartel de la Benemérita. El día 4 de enero presentaron el parte hospitalario de lesiones.
Según la defensa, la denuncia cruzada de los vigilantes no se produjo hasta el 9 de enero, día en el que se conoció públicamente el suceso. La Guardia Civil, no obstante, apuntó que existía la denuncia antes del día que trascendió el hecho. Actualemente, según la empresa de seguridad Conesa, los vigilantes están aparatados del servicio hasta que se aclare lo sucedido. A finales de mes, está previsto que den su versión en los juzgados.