La compañía Gebisa le debe ya dos nóminas a sus trabajadores por la falta de liquidez - El servicio autonómico de empleo asegura que ya ha abonado el 80% de la deuda que tenía con la mercantil
Los impagos de las administraciones –en este caso, de la Generalitat– continúan causando estragos en el tejido empresarial autonómico. La última en caer ha sido la compañía de seguridad privada Gebisa, la responsable de vigilar las oficinas del Servef y otro buen número de dependencias oficiales del Consell, que se ha visto obligada a presentar un concurso de acreedores y lleva ya dos meses sin pagar a sus empleados por los retrasos del Ejecutivo autonómico a la hora de abonar sus facturas. Así lo denunciaron ayer a este diario un grupo de trabajadores afectados y lo confirmaron también desde la propia compañía, que se encuentra ya bajo la tutela de un administrador concursal designado por el juez.
«Estamos hablando de nóminas de menos de 800 euros –la jornada es de cinco horas– que no dan para ahorrar. Hay compañeros que lo están pasando muy mal y es indignante que sea por culpa de la administración», se lamentaba ayer uno de los empleados, que prefiere guardar el anonimato. En este sentido, este afectado recordaba que en muchas oficinas los vigilantes de seguridad están asumiendo tareas de información que no les corresponden y que en los últimos años el riesgo de su trabajo ha aumentado notablemente ante la tensión que se vive en estas instalaciones por la situación que arrastran muchos de los usuarios.
Por su parte, el gerente de Gebisa, Juan José Galera, confirmó el impago de las dos últimas nóminas y lamentó los problemas que está ocasionando a los empleados, unos 200 en total. «El administrador concursal está haciendo gestiones y confiamos en cobrar algunas cantidades a partir de la semana que viene para poder pagar», explicó Galera, que atribuyó toda la responsabilidad de lo ocurrido a la informalidad del Servef y el resto de Consellerias que suponen su clientela en estos momentos. «En marzo conseguimos cobrar las facturas que todavía nos debían del año 2012 pero tenemos pendiente casi todo 2013. Y, para eso, hemos tenido que renunciar a los intereses de demora que nosotros sí que pagamos a los bancos o a la Seguridad Social si nos retrasamos», destacó el responsable de la compañía.
Futuro comprometido
El hecho de que la firma sólo trabaje con la administración es otro de los motivos de la solicitud del concurso ya que las entidades financieras «se niegan a darte financiación y más si trabajas con la Generalitat». Por si fuera poco, el hecho de que la firma haya entrado en concurso de acreedores dificulta su recuperación ya que mientras siga bajo la tutela judicial no podrá presentarse a nuevas licitaciones públicas.
Por su parte, desde el Servef se mostraron ayer sorprendidos por la situación y aseguraron que han pagado ya más el 80% de la deuda que tenían con la compañía y que están realizando abonos mensuales, por lo que no entienden las dificultades por las que atraviesa.