11 de enero de 2017

Extremar las precauciones

A seguridad en el aeropuerto ha quedado en entredicho tras saberse que el pasado sábado un menor consiguió colarse en la pista de aterrizaje e introducirse en la bodega de un avión que se disponía a despegar rumbo a Málaga.
Los trabajadores que se disponían a cargar las maletas encontraron al joven y dieron aviso a la Guardia Civil. El chico, según informó a este periódico el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, llevaba menos de un mes en La Purísima y había entrado a Melilla por la frontera, junto con otros 15 menores.
Ayer, el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, mantuvo una reunión con responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla. Entre otros asuntos, trataron el del menor que logró saltarse las medidas de seguridad para acceder a la pista del aeródromo.
Tras la reunión, El Barkani declaró a los medios que en determinadas zonas de la valla perimetral del aeropuerto no hay sensores de detección de movimientos.
El delegado reveló que había mantenido una reunión con el director del aeropuerto con el mismo motivo. Este cargo le transmitió que hace seis meses, en un encuentro con responsables de Aena, demandó la necesidad de nuevas cámaras y de que se efectúen mejoras en el vallado, algo que será una realidad en breve, de acuerdo con el delegado
El Barkani aclaró que en la zona, aparte de la Guardia Civil, también trabaja una empresa de seguridad privada. Por el momento, continúa la investigación de lo sucedido  para disponer de toda la información que permita depurar responsabilidades.
Conocer las causas que permitieron que un menor se introdujese en una zona sometida a estricta vigilancia es fundamental y debe saberse lo antes posible. En Melilla, nos hemos acostumbrado a ver en la prensa noticias de jóvenes colándose en el puerto con la intención de alcanzar un barco que los lleve a la península. Esa situación conlleva que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad estén en guardia permanentemente. Ahora, hay que tomar medidas urgentes para que el aeropuerto no sea un nuevo ‘frente’ para los agentes del orden.