17 de diciembre de 2016

El portero búlgaro que golpeó a Andrés: «Fue una tontería, nada intencionado»

 La juez manda a prisión a Hristo I., acusado de dejar en coma a un joven de un brutal puñetazo
Sostiene que atacó al joven porque «tenía las manos en los bolsillos» y pensó «que iba a sacar algo»
Fue una tontería». Hristo I. K., el portero acusado de dejar en coma al joven Andrés Martínez de un brutal puñetazo, trató ayer de convencer a la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia de que su agresión no fue «intencionada, ni premeditada» y de que no fue consciente de la gravedad de la misma. Según explicó en su declaración, «vi que (la víctima) se metía las manos en los bolsillos y pensé que iba a sacar algo, así que le golpeé con el antebrazo, aunque no recuerdo dónde le di». Después, aseguró, se fue solo del lugar porque «me asusté».
Esa es, a grandes rasgos, la versión que ofreció ante la juez el presunto autor de la agresión captada en vídeo por una testigo y que ha conmocionado al país. Tras escucharlo, la magistrada Olga Reverte fue contundente y ordenó el ingreso en prisión provisional de este búlgaro, vecino de Beniel, casado y padre de dos hijos, por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y/o lesiones graves. La juez tuvo en cuenta, a la hora de ordenar su ingreso en prisión, el riesgo de fuga existente dada la gravedad de las penas que afronta el acusado -un mínimo de 5 y un máximo de 12 años de cárcel- y la «incierta evolución» de la víctima. «A mayor gravedad de la pena, mayor es la tentación de la huida», sentenció.
El principal acusado explicó que el domingo había salido de comida por Murcia con sus compañeros de Luminata Bar, donde trabajaba de portero, y que había estado tomando copas en otro local del mismo grupo. Al llegar al bar 609, aseguró, había mucha gente y no pudieron entrar. Una vez allí, en la puerta, observó a Andrés -que sigue en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Arrixaca- y a su amigo salir corriendo y a sus dos compañeros, el español Julio F. y el argelino Djamal A., y escuchó que el primero decía al segundo «vamos». Según explicó, unos minutos después, acudió a la plaza Santa Isabel «a ver qué pasaba» y observó que «estaban discutiendo».

Dice estar arrepentido
Hristo hizo hincapié en que los otros dos porteros no le pidieron que se acercarse y aseguró que uno de los chicos -Andrés o su amigo- dijo «ya veréis». En ese momento, relató, él se iba pero, al ver que Andrés se metía las manos en los bolsillos, «pensé que iba a sacar algo y le di con el antebrazo». El procesado, de 40 años, negó que viese al chico tumbado en el suelo sangrando y remarcó que «me asusté, me fui solo y me presenté voluntariamente en la comisaría» de San Andrés. Además, dijo estar arrepentido. «Pido perdón al chico y a su familia, y espero que se recupere pronto».
La fiscal remarcó que los hechos están «claramente acreditados no solo por lo reconocido por el investigado, sino por el contenido del vídeo y las distintas testificales», y solicitó su ingreso en prisión, al igual que el letrado de la acusación particular, Pedro López Graña, que hizo hincapié en la «peligrosidad» del acusado y en la alarma social que ha desatado el caso. Una petición que fue aceptada por la juez.
La magistrada dictó, además, prisión provisional eludible bajo fianza de 2.000 euros para Djamal A., otro de los porteros que acompañaba a Hristo y que fue captado en la grabación marchándose del lugar tras la brutal agresión. Este aseguró, en su declaración, que «todo fue muy rápido» y que no sabía dónde había dado su compañero el golpe al joven. Además, sostuvo que, cuando Andrés cayó al suelo, «me quedé en blanco y le dije a Hristo que por qué lo había hecho».
La juez argumenta, en su auto, que, aunque la víctima cae al suelo de un único puñetazo propinado por el búlgaro, «las lesiones se producen en un contexto en el que Djamal y su compañero -el español Julio F.-les siguen cuando ya se han marchado del local», por lo que mantiene también la acusación para ambos. Además, la magistrada explica que la fiscal no se opuso a que Djamal pudiese eludir la prisión bajo fianza y aseguró que fijó esta en 2.000 euros porque la mujer de este no trabaja, tiene tres hijos menores a su cargo y es posible que haya perdido sus dos puestos de trabajo.

Recriminados por los guardas
La magistrada deberá escuchar en los próximos días, además, a Julio F., el tercer implicado -defendido por el letrado Alí Martínez-, que quedó en libertad el lunes por la noche tras declarar ante la Policía. Este aseguró que ni él ni Djamal pidieron ayuda a Hristo y que la agresión de este le pilló desprevenido porque fue sorpresiva y desmesurada.
La juez explica, en su auto, que, a tenor de las declaraciones prestadas hasta el momento, parece que Andrés y su amigo estaban dentro del local 609 y que, debido a su comportamiento, fueron recriminados por los guardas, que les instaron a abandonar el local.
Una vez fuera, y tras protestar porque les negaran la entrada, se marcharon del negocio, siendo seguidos por Djamal y Julio. En ese momento, según ha captado la cámara de vigilancia de un restaurante cercano, Andrés o su amigo -en las imágenes no se aprecia con claridad- lanzó a los porteros una botella y vasos, que no llegaron a alcanzarles. Tras este hecho, los cuatro se encontraron en la plaza Santa Isabel y a ellos se sumó, entonces, Hristo quien «sin previo aviso y estando Andrés en una actitud totalmente pasiva» le asestó un brutal puñetazo que le ha llevado finalmente a prisión.



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