El acusado, que tenía 18 años cuando se produjeron los hechos, deberá pagar una indemnización de 1.000 euros
El joven que agredió a un vigilante del Centro de Menores de Sograndio cuando estaba ingresado en la institución -concretamente el 24 de octubre del año 2012- asumió ayer los hechos en los juzgados y aceptó una pena de tres meses de prisión. El acusado, que responde a las iniciales F. J. B. O. y en el momento de los hechos ya había cumplido los 18 años, también tendrá que indemnizar a la víctima con el pago de mil euros.
El juicio, que estaba previsto para las diez menos veinte de la mañana en el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo, se dirimió en los pasillos. Hubo entendimiento desde un primer momento, ya que el vigilante agredido se mostró hasta paternalista con F. J. B. O., con el que convivía a diario por motivos de trabajo. "¿Cómo te va? Ya se que estás trabajando y me alegro", le dijo al verlo. Y añadió: "¿Te parece que lo dejemos así?, ¿estás de acuerdo?". Lo estaba y así se zanjó todo. Según explicó la abogada del acusado, Alejandra Arenas, "se conocían y nunca habían tenido ningún problema, aquello fue un hecho puntual".
El suceso que se juzgaba ayer sucedió pasadas las doce del mediodía del 24 de octubre del 2012. En ese momento, el joven estaba siendo conducido por los vigilantes de seguridad de un piso a otro de la institución, ya que se le había puesto una sanción de aislamiento tras dar positivo "en un test de consumo de tóxicos". En el momento en que pasaban junto a la puerta del patio, el acusado empujó a los vigilantes y comenzó a correr en dirección a los talleres. Fue alcanzado en las escaleras de acceso, donde fue reducido y esposado. Entonces, "el acusado pataleó y gritó para incitar a otros internos a que se rebelaran contra los vigilantes", según el escrito del fiscal. Cuando uno de ellos -el agredido- se encontraba arrodillado en la escalera, el acusado, mientras decía "venga, vamos", se arrojó por ella arrastrando al vigilante. El trabajador, a consecuencia de estos hechos, se lesionó en una rodilla.
Una vez reducido nuevamente, el acusado fue conducido hasta el vestíbulo de entrada y, viendo que otro interno menor de edad se había abalanzado sobre los vigilantes y que éstos trataban también de reducirle, aprovechó para lanzar una patada en la cara al agredido que le impactó en la nariz. El vigilante sufrió lesiones en la cara de las que tardó en curar 70 días. Estuvo de baja laboral desde ese día hasta el 3 de enero de 2013.