La Unión Europea acaba de ampliar la operación aeronaval en aguas del Índico hasta diciembre de 2016, pero la previsión es que después su cometido se diluya en otras misiones
La fragata española ´Méndez Núñez´ escolta al atunero vasco ´Playa de Bakio´ tras su liberación en 2008. efe
La piratería en aguas del Índico es una realidad que, aunque ha perdido intensidad, preocupa todavía al sector pesquero español que opera frente a las costas de Somalia y a las autoridades europeas. La UE acaba de prorrogar la misión 'Atalanta' hasta diciembre de 2016 pero después está previsto que la operación aeronaval se diluya en otras desplegadas en la zona. Los armadores de la flota atunera congeladora española consideran "muy necesaria" la misión y aseguran que, aunque ahora "la tensión" es mucho menor, mantendrán la vigilancia privada a bordo para garantizar la seguridad de las tripulaciones
La Unión Europea acaba de prorrogar por dos años más la misión Atalanta, destinada a proteger a la flota mercante y pesquera de los piratas somalíes en el océano Índico. La operación concluía su mandato el próximo 12 de diciembre, por lo que el despliegue aeronaval frente a las costas de Somalia se mantendrá hasta el 12 de diciembre de 2016. Tras estos dos años de prórroga, la previsión es que la misión Atalanta se diluya en otras operaciones desplegadas en las proximidades del océano Índico. "La revisión estratégica incluye la extensión del mandato de la operación hasta diciembre del 2016, periodo en el cual se pretende dar luz verde a una estrategia de salida de la operación en conjunción y buscando la sinergia con otras misiones en la zona como pueden ser Eucap Nestor y EUTM Somalia", explicó a este diario el oficial de prensa del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, el teniente coronel Luis Cervera.
El representante del Ministerio de Defensa destacó las bondades de la operación desde su puesta en marcha en diciembre de 2008, tras el secuestro (en abril) del atunero vasco Playa de Bakio y promovida principalmente por España y Francia. "Gracias a las acciones sobre los asentamientos de los piratas en tierra y a los equipos de seguridad privada embarcados y a la misión aeronaval, el número de ataques de piratas se redujo considerablemente, incluso a números anteriores al 2009 [año en el que los ataques piratas aumentaron y se intensificaron en ejercicios siguientes]", indicó. "Durante el año pasado no se produjo el secuestro de ningún buque", resaltó Cervera.
Los armadores españoles con buques que faenan en aguas del Índico consideran "muy necesario" el despliegue naval frente a las costas de Somalia. El director gerente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (Anabac), Juan Pablo Rodríguez-Sahagún, explicó a este diario que el sector mantuvo una reunión con el Ministerio de Defensa en julio, en la que el Ejecutivo les trasladó la idea de continuar con la operación, una noticia que recibieron con satisfacción. "La situación en la zona es más tranquila, pero se debe en buena medida a la actuación de la UE y de otros países. Aún así, la vigilancia sigue siendo imprescindible en esas aguas", añadió.
La operación aeronaval, aseguran los representantes del sector pesquero, complementa la seguridad privada que llevan a bordo los atuneros que operan frente a la costa somalí. Un servicio, explica Rodríguez Sahagún, que continuará sea cual sea el futuro de la Atalanta. "Aunque en los últimos meses la tensión en la zona se ha rebajado e incluso parece que Somalia intenta poner un poco de orden, lo cierto es que la vigilancia privada a bordo de los buques es algo que está ahí y que es imprescindible", insistió el portavoz de Anabac. "Cada buque cuenta con tres o cuatro personas que se encargan de velar por la seguridad de la tripulación y así seguirá", sentenció.
La misión Atalanta contra la piratería se creó en 2008 tras el repunte de los ataques y secuestros de buques frente a las costas de Somalia. Uno de los principales detonantes de su puesta en marcha fue el secuestro del atunero vasco Playa de Bakio, con marineros gallegos a bordo y liberado tras una semana de cautiverio, que llevó al Gobierno español a promover la operación. España contó con el apoyo de Francia, que defendieron la necesidad de contar con efectivos aeronavales en una zona que supera los siete millones de kilómetros cuadrados de océano. Un despliegue que, por el amplio radio de acción de los piratas, no impidió el secuestro de otro atunero vasco en octubre de 2009, elAlakrana, que obligó al Gobierno a adoptar medidas adicionales para luchar contra los piratas, como la autorización de embarcar personal de seguridad armado en los pesqueros para repeler los intentos de abordaje.
En los últimos años la operación ya vio reducido el número de unidades desplegadas ante el descenso de la actividad pirata. La misión contó en sus inicios con once buques de guerra, un submarino y tres aviones de patrulla marítima (un total de 15 efectivos) y ahora solo cuenta con la mitad: cinco navíos militares y dos unidades de vigilancia aérea. De ellos, España aporta la fragata Navarra, que será sustituida en breve por el buque de acción marítima Rayo (partió el lunes pasado de su base en Las Palmas rumbo al océano Índico) y el avión de patrulla marítima P-3M Orion.