Un miembro de la Brigada Móvil recibió un mordisco en la pierna cuando patrullaba en la estación de metro de Sol. Se cree que el agresor pudo ser el marfileño Ali Raba Yode, que continúa muy grave en el Doce de Octubre
El inmigrante indocumentado que tras un forcejeo arrojó a la vía del tren y causó la muerte de un agente en la estación de Embajadores ya había agredido a otro policía meses antes. Así lo denunció este sábado Alfredo Perdiguero, del Sindicato Independiente de la Policía Española (SIPE), tras el funeral por Francisco Javier Ortega oficiado en el complejo policial de Canillas.
Perdiguero recalcó la desprotección y la falta de autoridad con la que trabajan a diario los agentes y afirmó que Ali Raba Yode ya intentó hace meses arrojar a otro policía a las vías. «Aunque al final no lo consiguió, esto solo demuestra que el detenido es una persona violenta y agresiva que, en todo momento, sabía lo que hacía», subrayó.
Asimismo, la Policía investiga si el joven marfileño también es el responsable de una agresión a otro agente de la Brigada Móvilen la estación de Metro de Sol. El suceso ocurrió hace dos meses, cuando un policía recibió un mordisco en un gemelo, en el que el agresor le llegó a arrancar un trozo de carne. Las circunstancias de ese ataque son similares a las del altercado del viernes porque también se produjo en el momento de pedir la identificación.
«Homicidio»
Lo que sí tiene claro la Policía es que el inmigrante empujó de forma intencionada a Ortega cuando el tren de Cercanías se aproximaba a la estación. De hecho, tras la ceremonia religiosa, el director general del cuerpo, Ignacio Cosidó, aunque todavía no hay pronunciamiento judicial al respecto, calificó de «homicidio» la muerte del agente. El máximo dirigente de la Policía aseguró que Ortega se dejó la vida en un acto que se puede tildar, «a falta de la resolución judicial, como un homicidio».
Cosidó también explicó que los vídeos grabados por un usuario del tren que se encontraba en ese momento presenciando los hechos ya han sido supervisados por el Grupo V de Homicidios y por la Policía Judicial. Y que en ellos, declaró, «se ve claramente que hay una intencionalidad en llevarse al agente a la vía férrea y de arrojarle cuando el convoy estaba aproximándose».
El incidente ocurrió a las 11.50 horas del pasado viernes, cuando la víctima patrullaba con su compañero por los andenes del intercambiador de transportes de Embajadores. Según la versión del policía, un grupo de africanos comenzó a increparles a distancia.
«Habéis venido a buscarnos? ¿Por qué no nos dejáis en paz? Sois unos cabrones...», espetó a la pareja de policías. Fue entonces cuando, según el relato de los funcionarios, los agentes procedieron a pedirles la documentación y se desencadenó la trifulca que terminó con la vida de Ortega.
La grabación, de unos 20 segundos, muestra a distancia a un grupo de personas en un andén y cómo se acerca a ellos un vigilante de seguridad del ferrocarril. De inmediato se produce un forcejeo entre las personas del grupo, del que se ve salir a un individuo que da varias pasos de espaldas agarrado al policía y lo arrastra hasta caer ambos a la vía segundos antes de que el convoy lo arrolle sin poder impedir el trágico desenlace.
El marfileño, de 27 años, no lleva ni siquiera cuatro años en el país, pero ya había tenido otros encontronazos con las autoridades en el pasado y cuenta con numerosos antecedentes policiales. El joven llegó en patera a las cosas almerienses el 21 de septiembre de 2011. Y solo en 2013, la Policía le detuvo en nueve ocasiones. Entre ellas destacan tres por amenazas, otras dos por robo con violencia, y cuatro más por resistencia y desobediencia, infracción de la Ley de Extranjería y entrada ilegal en nuestro país. También había usado identidades falsas y cuenta con una reclamación judicial.
Por el momento, se encuentra detenido e ingresado en la UVI. El jefe de guardia de Hospital Doce de Octubre, el doctor Ángel Moreno, confirmó ayer que presenta un traumatismo craneoencefálico severo y que aún precisa cuidados intensivos. Fuentes médicas de dicho centro hospitalario habían dicho a Efe que su estado es «muy crítico».
Medalla del Ayuntamiento
Por otra parte, antes del funeral, Cosidó, acompañado de la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, impuso la Medalla de Oro al Mérito Policial al policía. Este reconocimiento póstumo es la máxima distinción que otorga el Ministerio del Interior a un agente por «méritos de carácter extraordinario».
Esta no será la única insignia que reciba el funcionario público abulense, ya que la alcaldesa de la capital, Ana Botella, propondrá también la concesión de la medalla de la Policía Municipal de Madrid. Esta condecoración, la más importante que otorga el Consistorio, se aprobará, previsiblemente, en la primera Junta de Gobierno de 2015, que se celebrará el próximo jueves 8 de enero.