Después del verano, 130 de las 300 estaciones de la red se quedarán sin personal fijo de protección.
En su lugar, los vigilantes de las empresas privadas que cubren este servicio harán patrullas y observarán lo que ocurre desde los centros de pantallas. Hasta ahora, y según el contrato de seguridad vigente, todas las estaciones del subterráneo tenían vigilantes.
Solo las de Virgen del Cortijo, Antonio Saura, Álvarez de Villaamil, Blasco Ibáñez, María Tudor y Palas del Rey, pertenecientes a la línea 1 de Metro Ligero, no contaban con ellos. El pliego establecía, además de horas fijas, horas “móviles” que se cubrían con rondas de uno o dos agentes en ocasiones acompañados por perros entrenados. Los vigilantes pasarán por las estaciones sin vigilancia estática cuando las rondas se lo indiquen.
El nuevo contrato, cuyo concurso público se resolverá en las próximas semanas, elimina las horas fijas en 130 paradas, de acuerdo a los datos a los que ha tenido acceso 20minutos. Donde más se notará es en la zona 6, que incluye la línea 9 entre las estaciones de Duque de Pastrana y Cruz del Rayo; la 4 entre Prosperidad y Canillas; la línea 7 entre Cartagena y el Hospital del Henares; y la línea 5 entre Pueblo Nuevo y Alameda de Osuna. De 34 estaciones que hay en este área, solo siete (Avenida de La Paz, Colombia, Pueblo Nuevo, Simancas, Estadio Olímpico, Hospital del Henares y Alameda de Osuna) mantendrán al personal estático.
Por el resto, los agentes pasarán de forma puntual cuando las rondas así se lo indiquen. Nuevos criterios El sistema cambia porque cambian los parámetros con los que Metro mide la seguridad. A partir de ahora, la compañía ya no exigirá una presencia permanente de personas en las estaciones, sino que permitirá a las empresas de seguridad que ganen el concurso organizarse a voluntad siempre y cuando cumplan con las exigencias anuales de reducción de delitos, actos vandálicos y venta ambulante. Metro asegura que las estaciones seguirán vigiladas mediante cámaras.
Es por ello, explica un portavoz de Metro, que ya no dividirá la red por líneas a efectos de seguridad, sino en 8 zonas diferenciadas. La empresa responsable de una zona cubrirá varias estaciones de distintas líneas pero anexas entre sí, de forma que los vigilantes paseen y se desplacen entre las paradas próximas cuando su presencia sea necesaria. Los sindicatos creen que la ausencia de vigilantes provocará un aumento de los incidentes.
“Cuando se produzca un robo, una agresión o un destrozo, ¿cómo van a coger a los autores? ¿Creen que se van a quedar esperando a que lleguen los vigilantes?” los uniformados cumplen una función disuasoria con su presencia: “Quieren poner vigilantes móviles para que parezca que estamos en todos los sitios, cuando no es verdad. Los delitos van a crecer sin el personal fijo en las estaciones”. Metro responde que, “por supuesto” ninguna estación quedará sin vigilancia, porque todas están dotadas de cámaras.
“Ahora nos regiremos por criterios de eficiencia”, añaden. “Subirán los robos” La ausencia de agentes en más de un tercio de las estaciones se une, además, a la reducción de un 40% de las horas de vigilancia —que también figura en el nuevo contrato de seguridad y que adelantó este diario— y a la supresión de seis puestos de observación en las salas de seguridad de líneas, donde se visualizan todas las cámaras de la red. “Vamos a peor, con una red que ha crecido pero en la que cada vez hay menos vigilantes”.
Los consumidores tampoco están tranquilos. “Llueve sobre mojado en la lenta e irreversible degradación del metro. Si no hay vigilantes, aumentará la gente que se cuela sin pagar, cosa que ya está pasando por la crisis. También subirán los robos. Tenemos un problema de gestión porque se construyeron líneas que no son rentables, pero la Comunidad de Madrid no quiere buscar soluciones con nadie, solo recorta”, cómo llegarán las patrullas a los puntos de conflicto cuando se requiera su presencia: “¿Lo van a hacer en Metro? Con las frecuencias de paso que hay ahora, después de los recortes, van a tardar bastante.