El museo completará los trabajos para abrir sus tres edificios entre el otoño y el invierno de este año. El director indica que hacen falta diez plazas de seguridad para velar mañana y tarde por un equipamiento que ha duplicado su espacio
La ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias se inauguró con gran éxito de visitantes el pasado abril, pero mientras esas puertas se abrieron, se cerraron las de la Casa de Oviedo-Portal, en el número 8 de la calle de La Rúa y parte también del equipamiento cultural. Hacía falta tiempo y trabajo para reubicar toda la obra. Cuando esa tarea finalice, en otoño o invierno de 2015, ya estará listo el nuevo museo. Otra cosa es que esa puerta cerrada pueda abrirse: el equipamiento ha duplicado su espacio y necesita más vigilantes.
«No hay una fecha concreta de momento para la reapertura. Siempre doy el dato del otoño-invierno de 2015, porque es importante que para ese momento se solucione un problema que tenemos con la vigilancia de los edificios», indicó ayer el director, Alfonso Palacio. Hacen falta plazas de guardas para poder tener los tres edificios abiertos y aunque «es algo que se está estudiando desde el patronato, ahora con el parón político que hay hasta que se forme el nuevo Gobierno, se ha detenido el asunto».
En todo caso, el nuevo Museo de Bellas Artes de Asturias estará en esa fecha «listo para ser reabierto». La señalización, los carteles y el montaje «estarán en esa fecha», se compromete el director, «pero para abrir las puertas de los tres edificios necesitamos ese personal y es algo que ya no depende propiamente del museo». Cubrir esa necesidad es el objetivo más inmediato, sin entrar a reseñar otras carencias como la ausencia de un conservador.
En cifras, el director estaría hablando de unas nueve o diez personas para cubrir la vigilancia del equipamiento en horario de mañana y tarde. «Se ha duplicado el espacio y los vigilantes hasta se han reducido», comenta. Son necesarios, máxime con el incremento de visitas que ha experimentado el museo desde el pasado abril. Ese mes, cuando abrió la ansiada ampliación, las visitas aumentaron un 300% con respecto al mismo mes del año anterior. En mayo y junio, el crecimiento fue menor, pero se mantuvo en cifras muy significativas. «El crecimiento, sin ser tan fuerte se ha sostenido entorno al 60 %. No obstante, siempre digo que el número de visitas es un indicador más. Nosotros no somos un parque de atracciones o un casino que cuantifica en ese sentido, ni que busca una rentabilidad, ya que somos un museo gratuito. Es un indicador más, un termómetro de que hay cosas que se están haciendo bien», indicó Palacio. Las conferencias, sesiones educativas y otras actividades se están notando.
En octubre primera rotación
La segunda planta del edificio que amplía el Museo de Bellas Artes de Asturias está dedicada al arte contemporáneo asturiano. «Tenemos muchísimos fondos que no hemos podido colgaren la primera selección. En esa planta se va a producir el mayor número de rotaciones», explica. Cada seis meses, saldrán unos artistas y entrarán otros de ese fondo del museo. La primera rotación se producirá en octubre. Los nombres ya están pensados, aunque hasta que el director no informe al patronato no puede revelarlos. «Es una manera de dinamizar la colección y de que así la gente vea cosas nuevas y distintas y aprecie la riqueza de los fondos que tenemos».
Con esa rotación, la puesta a punto de todos los edificios y la presentación de la nueva web e imagen corporativa que estará para otoño se abrirán las puertas del nuevo Museo de Bellas Artes.