El adolescente prendió fuego a la almohada y el colchón, lo que generó un denso humo en todo el primer piso y obligó a trasladarlo al HUCA
La historia se repite en Sograndio. Como el pasado 20 de mayo, ayer sonaron las alarmas de incendio. De una de las habitaciones de la primera planta salía humo. Mucho y negro. En el interior de la 'camarilla', como se denomina a las celdas de castigo del único centro de internamiento juvenil de la región, un adolescente acababa de prender fuego al colchón y la almohada. El vigilante de seguridad logró sacarlo sin que las llamas le hirieran, pero no pudo evitar hacerlo antes de que toda la planta se llenara de humo. En la misma en la que, en ese momento, residían cuatro internos: el castigado en la 'camarilla' y otros tres.
El autor del incendio es un interno español, de 16 años, que fue trasladado con síntomas de intoxicación por humo al Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA). Según fuentes de la plantilla, el traslado no se produjo hasta las 17.30 horas, pese a que el incendio comenzó a las 15 horas. «Tras apagar el incendio, el interno fue castigado en otra celda de aislamiento y la planta no fue evacuada, a pesar de que el humo lo cubría absolutamente todo», explicó a EL COMERCIO personal del centro.
Siete incidentes desde abril
El ocurrido ayer supone el octavo incidente grave registrado en Sograndio desde el pasado 10 de abril, cuando dos menores se fugaron descolgándose de la valla con sábanas atadas con cordones. Un tercero intentó fugarse ese mismo día, pero no lo logró. El 8 de mayo un cuarto interno se subió al tejado y escapó corriendo del centro, mientras que el 20 de mayo otro quemó la celda en la que estaba encerrado. Finalmente, el 11 de junio, otros dos quedaron colgados de la valla, al intentar escaparse. La plantilla, tanto educadores como vigilantes, ha criticado la situación «caótica» que vive el dispositivo.