El magistrado, que ha denunciado al empresario por falsedad, coacciones, calumnias e injurias, grabó también a un abogado de Seguridad Integral Canaria
Miguel Ángel Ramírez no es el único que ha grabado conversaciones comprometedoras para la judicatura. El magistrado Salvador Alba, que ha denunciado al empresario por falsedad, coacciones, calumnias e injurias, grabó a un abogado de Seguridad Integral Canaria y a un compañero de la Audiencia de Las Palmas que supuestamente intercedió a favor de Ramírez para ofrecerle un "acuerdo", con el argumento de que el dueño del Grupo Ralons tenía contactos en la Guardia Civil para retrasar o cambiar el resultado de un informe que podría perjudicar a Alba.
La grabación afecta a Carlos Vielba, que es compañero de Alba en la Sección Sexta de la Audiencia de Las Palmas, y fue aportada ayer al Juzgado de Instrucción numero 2 de la capital grancanaria. Alba, que compareció más de tres horas ante el juez Rafael Passaro, no sólo ratificó su acusación contra Ramírez y el letrado Sergio Armario, sino que amplió la denuncia contra Vielba al sentirse presionado por el acuerdo planteado.
Vielba le propuso a Alba que los dos se reunieran con el empresario en la "piscina" de una casa que éste tiene en el sur de Gran Canaria, con la intención de ofrecerle una "solución" en la causa penal que amenaza el futuro de Alba.
Y es que el juez es investigado en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) por una grabación que Ramírez le hizo en su despacho de la Audiencia de Las Palmas, donde ambos acuerdan el contenido de una declaración judicial para perjudicar a la magistrada Victoria Rosell. En ese contexto se produce la conversación con Vielba, quien plantea a Alba la posibilidad de que Ramírez retrase o cambie el sentido de un informe encargado a la Guardia Civil sobre la autenticidad de dicha grabación.
El encuentro entre Alba y Vielba se produce el 23 de septiembre, cuando aún los peritos de Criminalística de la Guardia Civil no han emitido su dictamen sobre la autenticidad de la grabación. Alba da a entender que no le interesa pactar porque prefiere seguir con su denuncia, incluso se muestra convencido de que la grabación es un montaje para perjudicarle y espera que el informe le sea favorable.
Los peritos concluyeron el mes pasado que los dos audios entregados por Ramírez están manipulados, pues fueron editados y sacados de un archivo más largo, de una hora y diecisiete minutos de duración, que fue encontrado de casualidad en la papelera de la grabadora y que podría tratarse del original. La magistrada que lleva la investigación en el TSJC, Margarita Varona, ha ordenado a la Guardia Civil que limpie el archivo de ruido y lo transcriba para incorporarlo a la causa, pues hay partes de la charla en las que Ramírez comparte confidencias con el presidente del Audiencia de Las Palmas, Emilio Moya, y también presume de tener relación con Vielba (dice que va al palco del Estadio por la "cara") y con el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, aunque éste lo ha negado y Ramírez ha aclarado que se trata de "hechos figurados" para ganarse la confianza de Alba.
Todos esos entresijos constituyeron buena parte del interrogatorio de ayer en el Juzgado de Instrucción número 2, que fue donde cayó la denuncia de Alba. La interpuso en mayo, que fue cuando Ramírez presentó los dos archivos editados y la juez Carla Vallejo abrió la pieza separada contra Alba que finalmente ha acabado en el TSJC, donde también es investigada Rosell.
Alba se resistió a hablar de esa grabación porque es objeto del proceso que se sigue en el TSJC, pero el juez instructor, Rafael Passaro, le reconvino porque los hechos están relacionados con su denuncia.
Alba explicó que Ramírez manipuló la conversación por "venganza" al no lograr la nulidad del procedimiento por fraude fiscal en el que está imputado. Salvador Alba relevó temporalmente a Rosell en esa causa cuando ésta dejó Instrucción 8 para concurrir a las elecciones con Podemos, y considera que Ramírez sólo busca argumentos para obtener la nulidad en ese procedimiento, donde se investiga un fraude a Hacienda y la Seguridad Social que podría superar los 30 millones. Por eso cree que manipuló la grabación y ha ampliado la denuncia por falsedad contra los peritos del empresario, los cuales certificaron que era original y que no estaba editada.
También insiste en que la grabación se hizo con varios dispositivos y que alguno debía estar instalado en su despacho de la Audiencia de Las Palmas. En ese sentido niega que hiciera barridos en busca de micrófonos para no parecer un "paranoico".
Alba aportó otra grabación que le hizo Armario en febrero, apenas un mes antes de que se produjera el controvertido encuentro con el empresario y éste le revelara su relación comercial y de amistad con el periodista Carlos Sosa, que es la pareja de Rosell. Esa relación debió de haber propiciado la abstención de la magistrada en dicho proceso. En esa segunda grabación, Armario, con el propósito de ganarse la confianza de Alba, le revela todo tipo de intimidades y confidencias sobre Rosell. Ambos fueron pareja y el letrado asegura conocer secretos sobre casos judiciales relacionados con ella y otro juez, entre otras cuestiones vinculadas a su labor jurisdiccional.
Otras personas que pasaron por su despacho a pedir trato de favor para Ramírez fueron la mujer del exconsejero del Cabildo Larry Álvarez, que ahora trabaja para la UD Las Palmas, y el periodista Pedro Guerra, que le pedió una rebaja la de la fianza impuesta al empresario, según la declaración de Alba.
Tanto Ramírez como Armario están citados para la semana que viene. El empresario cree que la charla con Vielba no revela coacciones porque se produjo meses después de que le grabara, y espera aclarar que no tenía intención de reunirse con él. De ahí la alusión al encuentro en la piscina. Su intención es presentar pruebas que refuten al juez.