Las falsas alarmas fueron durante mucho tiempo un mal endémico del sector de la Seguridad Privada. Hoy en día, aunque no se puede afirmar que el problema haya desaparecido por completo, la situación es muy diferente a la que existía hace diez años.
Según los datos de la Unidad Central de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía (UCSP), en la última década las alertas que no son reales han descendido más de un 90 por ciento. De las cerca de 250.000 que se produjeron en 2004, los avisos falsos se han precipitado de manera sostenida a lo largo de los años hasta situarse en torno a los aproximadamente 20.000 que se dieron en 2013.
El comisario jefe de la UCSP, Esteban Gándara, desgranó en diciembre estos datos y otros relacionados con las comunicaciones de las centrales receptoras de alarmas (CRA) en España durante una jornada de trabajo. El responsable policial explicó que las razones del pronunciado descenso de las falsas alarmas se encuentran en las diferentes políticas que ha llevado a cabo el Cuerpo Nacional de Policía ante los avisos de las CRA a lo largo de los últimos diez años. La primera de ellas, anterior a 2004, coincidió con un periodo de “tolerancia”que llevó a alcanzar la cifra de más de 250.000 falsas alarmas en un año. Posteriormente, el Cuerpo responsable del control de las empresas de Seguridad Privada cambió su enfoque hacia una etapa de “intolerancia”, que comenzó entre 2004 y 2005, en la que el número de avisos totales comenzó a descender, a la vez que lo hacían de forma paralela las falsas alertas. Finalmente, en 2009, con la presentación del borrador de la que posteriormente ha sido la Orden Ministerial 316/2011 sobre funcionamiento de los sistemas de alarma en el ámbito de la seguridad privada, se puso en marcha la tercera política marcada por la “proporcionalidad” y que ha conducido a una cifra de falsas alarmas de menos de 20.000.
Respecto a las sanciones que se han impuesto a los operadores durante todo este tiempo, el comisario jefe de la UCSP se limitó a indicar que la evolución ha ido en la línea de esos tres periodos. Es decir, de menos a más hasta 2009, cuando las multas cayeron precipitadamente en relación con los años anteriores.
Mientras se producía el descenso de los avisos y las alertas falsas, las alarmas reales se han mantenido estables a lo largo de toda la década que recoge la comparativa de la UCSP. Esto llevó a Gándara a afirmar que “existe una desconexión a lo largo de diez años entre las cosas que suceden de verdad y las llamadas” de las CRA.
CRA y abonados
Otros datos que aportó el responsable de la UCSP fue el número de CRA, propias o ajenas, que operan en España, que están en torno a las 155. De todas ellas, siete empresas abarcan el 65,54 por ciento de todo el negocio.
Por otro lado, desde 2004, mientras que los avisos han ido de más a menos, se ha experimentado una tendencia contraria en el número de abonados, que han pasado de poco más de un millón a 1.482.925 que hay en la actualidad. De todos ellos, 71.069 conexiones (4,79%) pertenecen a establecimientos “obligados”, mientras que los “no obligados” son 1.411.856 (95,21%).
Entre los establecimientos obligados, hay 32.506 entidades financieras abonadas (2,19%), 14.175 joyerías (0,96%), 11.675 farmacias (0,79%), 6.957 estaciones de servicio (0,47%) y 5.756 empresas relacionadas con juegos de azar (0,39%).
El grueso, por tanto, del negocio de las CRA se encuentra en los establecimientos no obligados, concretamente en el mercado residencial, que cuenta con 743.934 conexiones, más de la mitad (50,17%). A continuación están las empresas que no son de seguridad, con 567.381 (38,26%) abonados; seguidas de 4.811 empresas de seguridad privada (0,32%); los armeros desplazados, en total 1.484 (0,10%); y otros establecimientos (comerciales, etc.), que cuentan con 94.246 conexiones (6,36%).