La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado hoy "la descoordinación, duplicidades y falta de instrucciones claras" en la incorporación de los vigilantes privados a las prisiones madrileñas.
Desde el pasado 1 de octubre los agentes de seguridad privada se han incorporado a las prisiones madrileñas, en lo que supone la segunda fase de la privatización de la seguridad penitenciaria en todos los centros dependientes del Ministerio del Interior (67, de los cuales 58 son responsabilidad de la Guardia Civil), mientras que en la primera fase (experimental) se había implantado en 21 prisiones.
La situación actual en las prisiones madrileñas denota, a juicio de AUGC Madrid, una "total improvisación". "Desde su inicio hace más de un año, este proceso privatizador ha suscitado el absoluto rechazo de guardias civiles, policías, funcionarios de Instituciones Penitenciarias y organizaciones sindicales, pero más aún lo ha sido la falta de preparación y formación de los vigilantes incorporados este mes, como hemos comprobado", ha dicho la asociación.
En el conjunto de prisiones madrileñas, son los guardias civiles que antes desempeñaban estas funciones los que están instruyendo y orientando a los vigilantes.
"A pesar de que su incorporación estaba planificada y un plan de formación era posible, la mayoría ha comenzado el trabajo en prisión sin conocer sus funciones e ignoran los servicios propios de las labores de vigilancia diarias. Esto a pesar de que los vigilantes debían recibir 15 horas de formación teórica y 8 de formación práctica antes de su incorporación y que se están haciendo sobre la marcha", ha dicho la AUGC.
Por eso, ante la ausencia de preparación, estos cometidos siguen siendo asumidos por los agentes de la Guardia Civil. "La situación se resume al final en una duplicidad de funciones generada por una falta de instrucciones claras desde el principio", han esgrimido.
La misma improvisación es palpable, a juicio de la Asociación Unificada de Guardia Civiles de Madrid, también "en la falta de instalaciones acondicionadas" para los vigilantes de seguridad privada.
Según han relatado, en prisiones como la de Valdemoro o Aranjuez los vigilantes se incorporaron sin taquillas. En Alcalá Meco su llegada ha supuesto el abandono temporal de la habitación que utilizaban los agentes de la Guardia Civil, a pesar de que hay lugares en la prisión en desuso desde hace 3 años y que bien habrían servido para acomodarles con un poco de previsión, han señalado.
En Estremera también acaban de empezar obras de acondicionamiento en los vestuarios y los agentes tienen que cambiarse de momento en la sala de retén provisional. Además, en algunas prisiones, vigilantes y guardias civiles comparten espacio en la sala de monitores de vigilancia, donde tienen acceso a los cuadrantes, órdenes de servicio e incluso pueden ver las consultas por intranet de los agentes, información toda ella reservada a los funcionarios de la Guardia Civil.
Por último, AUGC Madrid ha asegurado que quiere denunciar estas situaciones, "todas ellas previsibles y fácilmente evitables trabajando con un poco de anticipación en aras de mejorar el servicio, cosa que de momento no está ocurriendo".