Profesionales de la protección crean una asociación y diseñan un protocolo de seguridad y acompañamiento
Las informaciones, demasiado habituales, sobre mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas y las noticias referidas a agresiones y otras expresiones de la violencia machista alimentan y refrendan el proyecto de Edemm (Asociación Vasca de Escoltas para la detección de Malos tratos a Mujeres). Se trata de una asociación sin ánimo de lucro nacida en Bizkaia y que plantea una cobertura amplia para proporcionar seguridad a las mujeres que sufren malos tratos o viven bajo amenaza. Sus impulsoras -la mayoría de los miembros de EDEMM son mujeres- pretenden que Euskadi sea escenario del “proyecto piloto” de su sistema de protección, que “después -dice la presidenta de la asociación- se extendería al resto del Estado”.
Las y los escoltas que han creado Edemm han analizado los fallos del sistema actual de protección integral de las mujeres maltratadas y han buscado soluciones para las situaciones más habituales y para los principales riesgos. Sus estudios y reflexiones les han llevado a elaborar un protocolo en el que los escoltas protegerían a las víctimas desde el mismo momento en que detectan los malos tratos, incluso antes de interponer denuncia. Cristina M., presidenta de la Asociación, explica que lo que les llevó a plantearse el proyecto y actuar fue “la impotencia de ver como muchas veces los jueces rechazan las medidas de protección, las órdenes de alejamiento, porque según la evaluación de riesgo no hay motivo, pero luego esas mujeres son asesinadas”.
Según los datos del consejo General del poder Judicial (CGPJ), entre abril y junio de este año los juzgados vascos han registrado 1.253 denuncias por violencia de género, lo que supone un 19,56% más que en el mismo periodo de 2015. Además se incoaron 217 solicitudes de medidas de protección, de las que fueron admitidas 118. De ellas, 188 corresponden a órdenes de protección, de las que fueron adoptadas 93. En todo el Estado español los juzgados recibieron en el segundo trimestre un total de 36.319 denuncias por violencia de género -un 13,4% más que en el mismo período del año anterior- y se solicitaron 10.845 órdenes de protección. No obstante, más del 40% de las mujeres que han muerto a causa de la violencia machista en lo que llevamos de año habían denunciado previamente a sus agresores y el sistema no fue capaz de protegerlas.
“¿Cuántas muertes ha habido porque no se adoptaron las medidas de protección, o porque la evaluación de riesgos no se hizo bien? Tras un caso de estos en que la víctima pidió orden de alejamiento, no se la concedieron y luego fue asesinada, los políticos anunciaron un nuevo protocolo de obligado cumplimiento para las fuerzas y cuerpos de seguridad, la gente se calmó, pero ahora ha vuelto a suceder lo mismo y lo que se comprueba es que no hay protocolo”, apunta Cristina M. “Ahora dicen que la medida de protección -añade- se debe aplicar antes de la condena del presunto agresor, y nosotros ya lo recogíamos en nuestros estatutos. También se plantea el acercamiento de un policía a los hogares de las maltratadas, algo que proponemos hacer nosotros con las escoltas femeninas. La figura de la escolta femenina es la más idónea para desempeñar el trabajo de protección en estos casos, tanto por el acercamiento a la víctima como por el hecho de que no despierta los celos del maltratador”. La presidenta de la Asociación puntualiza que en el Estado español hay muy pocas mujeres escoltas y es precisamente en el País Vasco donde hay más. No obstante, la protección de mujeres maltratadas que plantea Edemm no está vetada a los hombres -de hecho entre los promotores de la Asociación hay dos-, pero para desempeñar el trabajo serían cuidadosamente seleccionados “por su empatía hacia las víctimas de violencia machista” y recibirían formación específica.
Cristina M. explica que el planteamiento de esta Asociación para luchar contra la violencia física y psicológica a las mujeres pasa por que instituciones y organizaciones feministas se pongan en contacto con ellos o contraten sus servicios de protección. Apunta que mucho antes de dar el paso de denunciar a sus agresores -especialmente si son sus parejas o los padres de sus hijos- las mujeres maltratadas se ponen en contacto con las asociaciones y es a partir de esa primera consulta cuando Edemm podría empezar a aplicar su protocolo de protección, defensa y acompañamiento. “Estamos viendo a diario que el sistema falla, desde hace más de un año estamos estudiando qué falla y qué lagunas hay para intentar cubrir todos esos defectos con nuestro proyecto y desde nuestra experiencia protegiendo a las personas”.
UNA SOLUCIÓN La labor de la Asociación surgida en Bizkaia va más allá de “escoltar” a las mujeres maltratadas. Incluye la evaluación de riesgo, la elaboración de informes sobre las amenazas que sufre o las que pueden sufrir los hijos y otros familiares, el acompañamiento en los pasos que se den dentro del sistema judicial, las medidas de prevención y protección allí donde las instituciones no llegan, la creación de un dispositivo de proximidad canino (Diprocan) e, incluso, la posibilidad de alcanzar cierta independencia económica a través del trabajo cooperativo.
La presidenta de la Asociación ha comprobado a través de las cosas que cuentan las víctimas en su blog “que muchas mujeres no se atreven a denunciar por todas las cosas que están pasando, por los fallos del sistema, porque no se sienten apoyadas. La denuncia muchas veces es como un chantaje: si no denuncias no tienes protección. Nosotros les decimos que denuncien, aunque tendrán protección desde el mismo momento en que se planteen denunciar. Nosotros hacemos un seguimiento antes de la denuncia, así ésta se puede acompañar de un informe de la Asociación para que la prueba de cargo no recaiga toda en la mujer. De esta forma la denuncia está reforzada la denuncia con nuestras contravigilancias”.
A la pregunta de quien o cómo se pagará a todos los profesionales necesarios para la protección de miles de mujeres Cristina M. recuerda que “la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género dice que el Estado está obligado a hacerlo. Además todos los partidos políticos han expresado en algún momento las razones para luchar contra esta lacra, nosotros consideramos que esas razones avalan nuestro proyecto”.
“El proyecto de Edemm es necesario -corrobora Ibon G. tesorero de la Asociación- porque hay asesinatos. Nuestra experiencia nos confirma que hay riesgos que actualmente no se cubren”. Ibon G. también apunta que para evitar trabas burocráticas y solventar los problemas inherentes al uso de armas de fuego, proponen la utilización de taser, un dispositivo eléctrico que permite neutralizar a un agresor.