El procesado, ayer, en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial. 13fotos
El procesado, que aceptó la sentencia, admitió que le rompió dos dientes al guardia de seguridad que intentó echarlo del estadio por increpar a los aficionados del Barça
La Fiscalía solicitaba siete años de prisión pero llegó a un acuerdo con la defensa del acusado
Un aficionado del Deportivo aceptó ayer ser condenado a cuatro años de cárcel por golpear a dos vigilantes de seguridad y a dos policías en Riazor. La Fiscalía reclamaba que fuese sentenciado a siete años de prisión, pero ayer llegó a un acuerdo sobre la pena con la defensa del sospechoso, que se declaró culpable y mostró su conformidad con la condena. El juicio no se celebró y el tribunal dictó sentencia oral en la sala. Contra el fallo no cabe recurso porque fue impuesto con el visto bueno de todas las partes implicadas.
El procesado reconoció que sobre las 23.15 horas del 20 de octubre de 2012, durante un encuentro contra el Barcelona, comenzó a increpar "de forma reiterada" a los hinchas catalanes. Un vigilante de seguridad se acercó a él y le instó a que cesara en su comportamiento y ocupara su butaca. El sospechoso, sin embargo, le respondió que no le daba la gana y siguió con sus provocaciones, ante lo que el guarda le ordenó que abandonase el estadio.
En un primer momento, el aficionado, que ya había sido condenado en 11 ocasiones, acompañó al vigilante hasta la puerta de Riazor, pero cuando se disponía a cerrarla para dejarlo fuera, se abalanzó sobre él, lo agarró por la chaqueta y le propinó puñetazos en la boca y en la cabeza, además de una patada en el costado derecho. La víctima, como consecuencia de la agresión, perdió dos dientes y necesitó asistencia médica. En curar de las heridas tardó 47 días, siete de los cuales estuvo incapacitada para realizar sus tareas habituales.
Otro guardia de seguridad del estadio acudió en defensa de su compañero cuando observó que el procesado lo golpeaba, pero el acusado le dio un codazo en el pecho cuando se disponía a agarrarlo por la espalda. Dos agentes de la Policía Nacional también se trasladaron al lugar de los hechos. El imputado le propinó una patada en el gemelo derecho a uno de ellos; y al otro funcionario le retorció la muñeca cuando trató de inmovilizarlo, lo que le provocó un esguince.
Los policías se vieron obligados a arrojar al suelo al condenado para inmovilizarlo, por lo que sufrió hematomas en la zona del pómulo y la nariz y varias erosiones. El aficionado del Deportivo, además de a cuatro años de cárcel, fue sentenciado a pagar una indemnización de 3.123 euros al vigilante de seguridad al que hirió; de 156 euros a uno de los policías; y de 501 al otro agente del 091 que lesionó.
El representante del Ministerio público aceptó la rebaja de los siete años que solicitaba inicialmente porque consideró que en el delito de atentado contra agentes de la autoridad no debía tener en cuenta la agravante de reincidencia, ya que la condena anterior que tiene el imputado por cometer el mismo delito es cancelable. De los cuatro años, tres fueron por incurrir en un delito de lesiones con deformidad; y el otro año, por el delito de atentado en concurso con otro de lesiones.