El procesado le rompió dos dientes al vigilante de seguridad que pretendía echarlo del estadio porque increpaba "de forma reiterada" a los aficionados del equipo rival
El Ministerio público reclama que el imputado sea condenado a siete años de prisión
Un hombre se sentará el martes de la próxima semana en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial por, presuntamente, agredir a dos policías y a dos vigilantes de seguridad en el estadio de Riazor en un partido contra el Barça. La Fiscalía, que reclama que sea condenado a siete años de cárcel, le imputa un delito de lesiones con deformidad y otro de atentado contra agentes de la autoridad en concurso con un delito y una falta de lesiones, además de una falta de maltrato.
El representante del Ministerio público relata en su informe que el procesado, aficionado del Deportivo, sobre las 23.15 horas del 20 de octubre de 2012, comenzó a increpar "de forma reiterada" a los hinchas del Barcelona que asistían al encuentro que disputaba su equipo en Riazor. "Estaba alterando a los aficionados", destaca el fiscal en su escrito de calificación, al tiempo que indica que un vigilante de seguridad se acercó a él y le instó a que cesara en su comportamiento y ocupara su butaca. El sospechoso, siempre según la acusación pública, le respondió que no le daba la gana y siguió con sus provocaciones. "Para evitar un altercado mayor, el vigilante le indicó que debía salir del estadio", señala la Fiscalía.
En un primer momento, el procesado, que ya había sido condenado en 11 ocasiones, acompañó al guarda hasta la puerta del estadio, pero cuando se disponía a cerrarla para dejarlo fuera, se abalanzó sobre él, lo agarró por la chaqueta y le propinó puñetazos en la boca y en la cabeza, además de una patada en el costado derecho. La víctima, como consecuencia de la agresión, perdió dos dientes y necesitó asistencia médica. En curar de las heridas tardó 47 días, siete de los cuales estuvo incapacitada para realizar sus tareas habituales.
Otro vigilante de seguridad del estadio acudió en defensa de su compañero cuando observó que el procesado lo golpeaba, pero el acusado le dio un codazo en el pecho cuando se disponía a agarrarlo por la espalda. Dos agentes de la Policía Nacional también se trasladaron al lugar de los hechos. El imputado le propinó una patada en el gemelo derecho a uno de ellos; y al otro funcionario le retorció la muñeca cuando trató de inmovilizarlo, lo que le provocó un esguince.
Los policías, según el fiscal, se vieron obligados a arrojar al suelo al sospechoso para inmovilizarlo, por lo que sufrió hematomas en la zona del pómulo y la nariz y varias erosiones. La Fiscalía exige a la Audiencia Provincial que, además de siete años de cárcel, imponga al sospechoso el pago de una indemnización de 3.123 euros al vigilante de seguridad al que hirió; de 156 euros a uno de los policías; y de 501 al otro agente del 091 que lesionó. El imputado también deberá abonar al Sergas el importe de los gastos de la curación de las víctimas.