+Policia Nacional, Guardia Civil, Policía Local y Cruz Roja trabajan en el centro de cámaras del Palacio de los Deportes para que todo salga a la perfección.
+Los equipos van escoltados desde el hotel hasta el pabellón y la labor de la seguridad no cesa hasta pasada la medianoche.
“Atención, el equipo acaba de salir del hotel, el autobús ya va dirección al pabellón”. Son las 13:30 horas de un día cualquiera en Granada durante el Mundial de Baloncesto. El primer partido en la sede en la que juega España comienza a las 15:30 y las Fuerzas de Seguridad intensifican su labor dos horas antes del inicio. Tienen un largo día por delante hasta que pasada la medianoche, España, su rival y los aficionados abandonen las instalaciones.
Todo esta listo en la UCO (Unidad Central Operativa), situada en lo más alto del Palacio Municipal de Deportes de Granada. Dentro trabaja al menos un representante de cada cuerpo que forma parte del dispositivo de seguridad: un coordinador de la Policia Nacional, un Guardia Civil, un Policía Local y un miembro de la Cruz Roja. Reciben el mensaje desde el hotel de concentración de las selecciones por parte de los compañeros y todas las camaras comienzan a grabar meticulosamente. No se puede escapar un detalle. Son tan potentes que pueden distinguir una letra a 100 metros de distancia y su precio supera los 500.000 euros.
Mientras tanto, dos furgones de la Policía Nacional y miembros de la Policía Local escoltan al autobús dirección al pabellón. Cada cierta distancia y en puntos estratégicos, la Policía Local –responsable del tráfico urbano- corta las calles necesarias y en el momento exacto para que los equipos no sufran retrasos en el trayecto. Todo esta coordinado a través de los transmisores, conocidos popularmente como ‘walkie talkies’.
Cualquier aviso de la Policía Nacional, Local, Guardia Civil o Cruz Roja inmediatamente es conocido por el resto de patrullas de su mismo cuerpo de seguridad o por las ambulancias preparadas para cubrir el evento. La UCO también recibe toda la información al segundo en el pabellón y la respuesta ante emergencias es instantánea para dar una mayor seguridad a los efectivos cuando realizan su labores.
En una ciudad como Granada, que roza los 250.000 habitantes, es imposible predecir lo que puede ocurrir por mucha planificación que exista. Una avería de un coche en una calle por donde debe pasar un autobús dirección al Palacio de los Deportes, un accidente o la necesidad de que una ambulancia corte una calle para atender a un vecino de la zona. La destreza de las Fuerzas de Seguridad es vital para que todo fluya con normalidad. En pocos segundos un aviso por ‘walkie talkie’ del cambio de itinerario por cualquier circunstancia modifica la labor de decenas de personas. Quienes esperaban su turno para cortar el tráfico en una rotonda a las 13:40 horas, tienen que conocer toda la ciudad para desplegarse hacia otra calle y cortar ell tráfico a las 13:41. Nada puede fallar, un error de cálculos o una maniobra arriesgada para cortar el tráfico puede suponer un accidente que no se puede permitir.
Los autobuses de las selecciones tienen que llegar al recinto a la hora planificada. La seguridad privada contratada por la FIBA y la FEB espera en las puertas de acceso. La gente se agolpa por la curiosidad de ver de cerca a los jugadores y puede haber momentos de tensión. Se acerca el primer partido del día.
Los perros ya han olfateado los alrededores del recinto y el graderio. No hay bultos sospechosos. Antes de esto, los voluntarios colaboran en todo tipo de trabajos y el personal de limpieza ha dejado todo listo para que comience el espectáculo, para ellos el día empieza muy temprano.
La labor de las Fuerzas de Seguridad continúa su curso. Las puertas para los aficionados se abren una hora antes del inicio (14:30 horas) y comienzan a llenarse las gradas. El centro de control de cámaras situado en la UCO vigila desde lo más alto a la vez que escucha los avisos. La seguridad privada es la encargada de controlar los accesos para que no se formen tumultos, registrar las mochilas, comprobar junto a los tornos la autenticidad de las entradas y evitar la entrada de personas con signos de embriaguez. Cualquier anomalía que suponga un problema para el resto de aficionados es notificada a los cuerpos superiores con capacidadad de registrar o detener.
La Policía Nacional también vigila el interior del pabellón. A escasos metros de las puertas de acceso se sitúa una pareja para controlar la entrada a los vomitorios y también se dejan ver las gradas. Todo este listo en la pista, las gradas repletas y comienza el partido a las 15:30 horas.
El trabajo no cesa y mientras en la UCO observan las pantallas, el primer aviso de la mañana se repite. A las 16:00 salen del hotel las selecciones que comienzan su partido a las 18:00. Todo el proceso se repite meticulosamente para que nada falle. La entrada para la primera sesión de la tarde incluye estos dos partidos, por lo que entre uno y otro no habrá evacuación de aficionados. La Policía acompaña a las dos primeras selecciones que disputaron el primer partido de vuelta al hotel.
El partido de España, prueba final
Son las 19:45. Ha finalizado el segundo partido de la tarde y mientras los jugadores se duchan el recinto queda totalmente vacío de aficionados. No puede quedar nadie para el partido de las 22:00, el de España, que solo puede verse con una entrada individual. Los responsables de limpieza vuelven al trabajo, los voluntarios colocan la publicidad para las entrevistas, los perros de la Policía Nacional olfatean el terreno y los operarios miden la altura de las canastas y observan que todo sigue correcto.
El silencio vuelve al interior del Palacio de los Deportes de Granada por unos minutos, pero fuera, la selección española está llegando al recinto ante la mirada de cientos de curiosos. Los jugadores de España aprovechan para salir a la pista a realizar calentamientos y otros prueban su tino con series de lanzamientos. Llegan las 21:00, la música comienza a sonar a todo volumen y de nuevo se abren las puerta. Se repite el mismo proceso, pero con mayor volumen debido a que juega el anfitrión.
No hay incidentes y comienza el partido con las gradas totalmente llenas. Más tensión en la UCO. Los aficionados vibran con España, es casi la media noche y termina el partido. En apenas cinco minutos se ha desalojado el recinto con el trabajo de todos los miembros de seguridad y voluntarios. Pero el trabajo continúa en el control de cámaras mientras los equipos se marchan tras su paso por la zona de prensa y la ducha. La Policía acompaña a las selecciones a sus hoteles y entonces por el ‘walkie talkie’ se escucha el mensaje del trabajo bien hecho: “La selección ha llegado a su hotel”. La UCO apaga sus cámaras cerca de la 01:00 y sus miembros se marchan para descansar antes de la reunión que tendrá lugar mañana a primera hora de la mañana para que nada falle.