Vigilantes de la empresa Securitas Seguridad S.A. se incorporan hoy a la vigilancia de las dos cárceles lucenses, la de Bonxe y Monterroso, que realizarán de forma conjunta con los agentes de la Guardia Civil que están destinados en ambas penitenciarías. Vigilantes jurados y miembros de la Benemérita tienen asignadas idénticas funciones. En la prisión de Outeiro de Rei prestará servicio un turno de 24 horas, lo que conlleva la presencia de 5 vigilantes. En Monterroso, serán 10 para dos turnos de 24 horas.
Es previsible, según fuentes consultadas, que aunque de momento guardias y vigilantes compartan responsabilidades, lo que podría generar alguna tensión, los segundos vayan sustituyendo de forma paulatina a los miembros de la Benemérita que están destinados en la seguridad de las prisiones lucenses.
Las penitenciarías de Lugo no son las primeras de Galicia a las que se incorporan vigilantes de seguridad privados. En A Lama y en Teixeiro ya empezaron en abril, mediante un plan piloto para los dos centros, dentro de un total de 19 en España. En estas dos cárceles está previsto que se incorpore algún turno más a los que ya están operativos.
Interior anunció la puesta en marcha del plan piloto en el mes de marzo y en esa fecha dio a conocer que la ampliación a otras prisiones y el número de efectivos, dependería de los resultados de la experiencia en las 19 en que implantarían el sistema en abril.
Objetivos cumplidos
A juzgar por el incremento del número de turnos en Teixeiro y A Lama y la incorporación de otras prisiones como las dos lucenses, parece que se cumplieron los objetivos marcados.
El Ministerio del Interior destinará entre 2014 y 2015, hasta 33 millones de euros para servicios de seguridad privada de 67 centros en toda España. En la zona norte se los adjudicaron a Securitas Seguridad. En total está previsto que se incorporen a los centros penitenciarios 800 vigilantes, pertenecientes a empresas privadas.
Los trabajadores que pasan hoy a prestar servicios en las penitenciarías de Bonxe y de Monterroso se encargarán de la vigilancia exterior y no podrán acceder al interior del recinto. Su cometido será el del control de los accesos a la prisión, las rondas perimetrales a pie o en algún vehículo, la vigilancia desde las garitas y el control de las cámaras de seguridad. Todas estas tareas las están realizando miembros de la Guardia Civil, que ahora tendrán que compartirlas con los vigilantes privados.
Bajo supervisión
Cuando el Ministerio del Interior inició en abril el ensayo -entre otras en las cárceles de Teixeiro y de A Lama- las instrucciones eran que los vigilantes privados tenían que cumplir su cometido siempre bajo la supervisión de la Guardia Civil.