La incorporación de vigilantes de seguridad privada en Pereiro, aun cuando se haya completado el despliegue, se limitará al recinto exterior del centro penitenciario, incluyendo tanto el perímetro propiamente dicho como los espacios interiores de seguridad pasiva. La permanencia en las garitas, junto con el manejo y control de los sensores de movimiento y vigilancia de estas zonas, actualmente en manos de la Guardia Civil, acabará siendo competencia de la empresa privada del sector a la que la Secretaría General de Seguridad encargue este cometido. La seguridad interior, y de forma específica el trato directo con los internos, seguirá siendo responsabilidad exclusiva de los funcionarios adscritos a Instituciones Penitenciarias. En este campo no se esperan cambios.