18 de mayo de 2017

El buen puerto de los atuneros

Israel Durán, nacido en San Sebastián pero palentino de adopción, ha trabajado seis años como vigilante privado de la flota en el Índico
Los recién casados se van de luna de miel a las Seychelles, Israel Durán se iba allí a trabajar y de vacaciones venía a Palencia. Pocos cócteles y playas idílicas, la cubierta del barco como resort de lujo. Sin su tortolito al lado, piratas somalíes a babor o a estribor. Este donostiarra de nacimiento aunque palentino de adopción, de 35 años, exlegionario y experto en varias artes marciales, ha trabajado en los últimos seis años con la flota pesquera española en el Océano Índico, protegiendo como vigilante privado de abordajes por hombres y embarcaciones que solo conocen la bandera del pillaje. Israel asistió el pasado día 5 en el Lecràc a la inauguración de una exposición sobre la Misión Atalanta y la manera en la que realiza su labor el Ejército Español en esta parte del mundo que conoce tan bien, escoltando barcos atuneros en el punto de mira de los secuestradores.
«La gente se piensa que estamos allí de crucero. Yo he tenido muy buenos momentos, pero también muy malos. He estado once años en la seguridad privada, estos seis últimos en el mar han sido los de más riesgo, pero también los más bonitos, porque el mar tiene algo que engancha, y más si te dedicas a algo que lo vives», asegura Durán, que ha parado para centrarse en su entidad deportiva como instructor de artes marciales y en su oposición a la Guardia Civil, pero mantiene sus contactos con asesorías marítimas y capitanes de barco por si retoma este trabajo.
«La flota pesquera española que se encuentra en el Océano Índico, los atuneros, faenan en la zona más oeste. El campo base son las Islas Seychelles, la capital es la isla de Mahe, donde se descarga el pescado. Nosotros nos encargábamos de la seguridad, entregábamos el armamento y estábamos unos días por la isla a nuestro aire. Un barco, si se le da mal la pesca, puede pescar 800 toneladas de atún, pero si se le da bien, 1.800. También he estado en Madagascar, en Isla Mauricio, en aguas de Comores... Empecé con esto en 2010, ha habido embarques en barcos que pescan y otros que buscan pescado para su hermano mayor. Los barcos pequeños suelen tener cuarenta metros de eslora, y estábamos dos meses seguidos sin pisar tierra, y con temporales que el barco vikingo de la feria a su lado era una tontería. Pero si superas eso, te haces más fuerte», agrega Israel Durán, que ensalza el trabajo del sector privado como auxiliar de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.
«Siempre estamos ahí, debería destinarse tiempo y medios para poder seguir profesionalizando el sector, aunque hay mucha gente muy preparada. Nosotros éramos un equipo de seguridad militarizado, y como buenos exmilitares, con el armamento estábamos cómodos», hace hincapié Israel Durán, hijo de un extremeño y una vasca, su padre policía nacional destinado entre 1972 y 1990 en el País Vasco.
«Cuando tenía 9 años, mi padre fue destinado a Alicante y nos fuimos. Estuve allí hasta los 18 años, que me tocó hacer la mili y fui a la Legión. Estuve nueve meses en la Brigada Rey Alfonso XIII haciendo la mili, y nada más licenciarme, arreglé los papeles para reengancharme dos años más en Ronda, en el tercio de Alejandro Farnesio 4º de la Legión. Me licencié, estuve en Málaga una temporada trabajando y decidí venir a Palencia. Mis abuelos tenían una casita en Magaz y siempre veníamos a veranear a Palencia. Mi abuela era de San Sebastián, pero había vivido en Magaz muchos años. Mis padres se vinieron de Alicante a Villamuriel, donde siempre habían querido estar, y decidí quedarme en Palencia. Yo trabajé dos años en la construcción, pero el tema de la seguridad privada me gustaba y me metí en el sector. He estado once años, dos de ellos en el País Vasco, y ahora no me apetece volver a ponerme el uniforme, pero si volviera, lo haría al Índico», hace hincapié Israel Durán.

Creador del sistema Defcon Mungot
«En el Océano Índico me decían que cómo podía tener tatuado un Buda con un fusil en las manos y una pistola en la pierna, pero es el equilibrio puro y duro, la fusión entre la espiritualidad y el contacto de las artes marciales», afirma Israel Durán, un experto en disciplinas de lucha filipinas que ha creado el sistema Defcon Mungot. «La afición a las artes marciales me viene de mi tío, que estuvo en las COES y trabajó en el sector privado de seguridad. Mi tío es séptimo dan de Kenpo y maestro de diferentes disciplinas marciales filipinas, yo empecé desde pequeño con el judo pero cuando fuimos a Alicante seguí con la formación con mi tío, cuando podía, pues vivía en San Sebastián. Él siguió formándome en sistemas de defensa filipinos y en defensa personal policial , yo aprendí de lo que mi tío creyó conveniente coger, me transmitió la parte más dura de cada disciplina», señala Durán, que «en un acto de rebeldía» empezó con 15 años kick boxing.
«En la mili seguí formándome, sin dejar de lado las enseñanzas de mi tío, luego trabajé también en Palencia con Kike Martínez, y en Madrid con Pedro González López, que es presidente de la Federacion Española de Kung Fu, Wushu, Taichi y Qui Gong, en la que estoy, hasta que creé un sistema ya consolidado y legalmente recogido, el Defcon Mungot», apostilla Durán. «Con los conocimientos adquiridos, mi tío me dijo que pegara el empujón, tengo mi libro estructurado con su filosofía, su esencia, se lo expuse a Pedro y decidimos crearlo», agrega. ¿Yqué es el Defcon Mungot?
«Defcon proviene de condición de defensa en inglés, y Mungot es por Mungot Mongay, que era un antiguo dios filipino de la creación, la renovación... Es un sistema más ofensivo que defensivo y el principal arma son los codos», concluye.