Uno de los atracadores portaba una pistola y controlaba todos los movimientos en el exterior. Sus tres cómplices desvalijaron la joyería y se llevaron todas las piezas de oro
«¡Al suelo!. ¡Al suelo!», gritaron los cuatro encapuchados queasaltaron una joyería enclavada en el Carrefour de San Fernando de Henares a las 8.30 horas del miércoles, mientras uno de ellos esgrimía una pistola. El comercio estaba a punto de echar el cierre.
La dependienta, el público y otros comerciantes pasaron unos minutos de pánico, mientras que el atracador vestido de negro, con un pasamontañas de nailon y unas gafas de sol, con el arma de fuego en la mano, controlaba en la puerta de la tienda que nadie se moviera. Después, se giraba hacia las cajas, situadas justo enfrente y hacía lo mismo. «Ni siquiera el vigilante de seguridad permaneció de pie. Todos buscaron cobijo asustados o se echaron al suelo, atemorizados, ya queoían también los ruidos de las mazas rompiendo las vitrinas del interior del local, los gritos histéricos de la empleada», explicaba ayer una joven. «Yo me escondí en un cuarto interior y llamé a la Policía».
Los cuatro delincuentes, como ya informó ABC, irrumpieron en el centro comercial armados cuando había mucho público realizandosus compras. «Túmbate ahí», espetaron a la dependienta, que obedeció sin rechistar y se puso detrás del mostrador. Mientras tres de ellos escogían todas las piezas de oro y despreciaban las demás, por su mejor salida en el mercado ilegal, el cuarto vigilaba a todo el personal del exterior. Así lo explicaron ayer algunos de los testigos.
«Fueron tres minutos más o menos pero a mí se me hicieron interminables. Yo crucé la mirada con el que tenía la pistola y pensé que iba a venir a por mí. Entonces me escondí debajo de una mesa temiendo que de un momento a otro entrara a la tienda y viniera a por mí; no lo hizo. Menos mal», agregaba un empleado, aliviado.
En el exterior un quinto atracador esperaba a los delincuentes en un BMW, presumiblemente robado, en el que dieron a la fuga con el botín. La Policía revisa las cámaras de seguridad para tratar de identificar a los ladrones.