El guarda se puso delante del segundo vehículo que accedió desde el callejón lateral de la residencia después de los primeros tiros que dejaron dos personas heridas
El vigilante de seguridad Alberto Ramos fue uno de los héroes de la noche durante el tiroteo en la puerta principal del CHUO. El guarda del hospital recuerda que un par de minutos antes de las once y media de la noche se encontraba con su compañero de turno en la zona de urgencias y relata lo que oyó y vio: «Oímos detonaciones y nos dimos cuenta que eran disparos y que venían de la entrada principal. Había un coche aparcado con cuatro individuos disparando con escopetas y fusiles contra la puerta. Al vernos, se marcharon rápidamente».
Esos primeros disparos causaron heridas a dos personas que esperaban en la entrada, familiares políticos de una mujer de una etnia gitana que había ingresado para dar a luz. Una de las familias no habría avisado a la otra de que una de las féminas estaba ingresada para dar a luz y a partir de ahí se generó el enfrentamiento. Según fuentes de la investigación, las disputas entre los dos clanes (que tienen vínculos familiares entre sí) venía de tiempo atrás. Todos los implicados en el tiroteo, tanto agresores como agredidos, son originarios del poblado de A Fontela.
Los vigilantes fueron corriendo hacia el lugar, donde yacían las víctimas (Eduardo M. J. y Francisco M. G.). Pero la tensa situación no acabó ahí, según explica Alberto Ramos: «Se oían disparos que procedían del callejón lateral, de un coche apostado con cuatro personas disparando a discreción hacia la puerta principal. Suerte que no pasaba más que la familia con la que tenían la rencilla. Si hubiera sido una hora antes, en el cambio de turno, hubiera sido una masacre».
Ahí fue donde intervino el vigilante de seguridad ourensano, arriesgando su propia vida, para evitar que los malhechores siguiesen disparando y entrasen al interior del hospital, donde se habían refugiado sus objetivos. «Uno venía con la escopeta cargada, con la intención de rematar a los heridos. Se veía que iba muy ciego. Instintivamente me puse delante de él porque lo que más temía era que entrase en el hospital. Me encañonó y me dijo que me partía a la mitad. Le dije que tirara el arma. Saqué el móvil para grabar lo que pasaba y supongo que se acobardaría pensando que sacaba un arma y se fue a la carrera en el coche».
Cinco personas se han entregado este mediodía y han sido detenidas por su implicación en el tiroteo de anoche en la puerta principal delComplexo Hospitalario Ourensano en el que resultaron heridos dos hombres de etnia gitana. Uno de ellos recibió un tiro en la pierna y el otro en la espalda. Ambos fueron atendidos en las urgencias del CHUO y ya han sido dados de alta. Los heridos son Eduardo M. J. y Francisco M. G. Los cinco nuevos detenidos se unen a los dos arrestos que tuvieron lugar de madrugada.