9 de mayo de 2016

Entrevista a Andrés Martín Ludeña, vicepresidente de Protecturi

“La Ley se adentra en unos giros verbales poco claros y deja abiertas una serie de puertas falsas que no me gustan”
El Socio Experto de la Asociación Europea de Profesionales para el conocimiento y regulación de actividades de Seguridad Ciudadana, Aecra, Andrés Martín Ludeña, ha querido ofrecer su punto de vista sobre los servicios de seguridad privada, analizando temas como las consecuencias de la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad Privada o el nivel de conocimiento del propio sector en relación a dicha normativa.
¿Después de haber transcurrido más de un año tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad Privada, cuál es su valoración respecto a la misma?
En efecto, ya ha pasado más de un año y noto una frialdad absoluta del sector en un momento en el que se cuece en el horno el nuevo Reglamento que será el que haga buena o mala esta Ley.
La Ley nace con un capítulo de intenciones muy respetable, navega por un articulado que a mí se me antoja muy extenso, y termina con un régimen sancionador que da escalofríos, y que tiene la capacidad dramática de poder incidir de manera singular sobre la continuidad o la extinción de una empresa por la severidad de las sanciones que permite imponer.

Como usuario, mi valoración es buena. Si fuera prestatario ya no la vería tan buena. Me preocupa que deja sin resolver y en la cuneta la cuestión que me parece más importante, la exigencia de formación de los profesionales de seguridad. La Ley se adentra en unos giros verbales poco claros y deja abiertas una serie de puertas falsas que no me gustan. Todos sabemos de cuales hablamos.