4 de mayo de 2016

'Gran Hermano' en la estación de bus que ve a terroristas y desaparecidos

La estación Sur de autobuses de Madrid pasa, en cinco años y medio de no contar con un responsable de seguridad a disponer, entre otros avances, de la tecnología de reconocimiento facial más avanzada de la mano de Herta Security.
Con más de 20 millones de transeúntes al año, la estación Sur de autobuses de Madrid es uno de los puntos neurálgicos del transporte por carretera de la capital. No sólo eso, sino que esta estación está englobada en un intercambiador modal donde los pasajeros pueden moverse rápidamente del bus al metro o a Cercanías. 
Su alta movilidad de viajeros, unida a los temores a posibles atentados terroristas, ha obligado a los responsables de esta estación, la concesionaria ADO Avanza, a reforzar sus políticas de seguridad. No en vano, en 2010 estas instalaciones no contaban siquiera con un responsable específico de seguridad.
Un cargo que ocupa ahora Miguel Ángel Gallego, quien ha sido el impulsor del profundo cambio que ha vivido esta estación en estos últimos cursos. «Mi llegada coincide con un ambicioso plan de reforma de la estación, que incluía numerosas medidas de seguridad, como el cierre de sus 65 dársenas con un sistema automatizado o la recuperación de zonas deprimidas, así como el refuerzo y sustitución de nuestro sistema de videovigilancia por uno más moderno y eficaz», explica Gallego a 
INNOVADORES. Una reforma que costó en total más de cinco millones de euros, de los que el 10% se dedicó a reforzar la seguridad, y que concluyó el pasado año.

Reconocimiento facial
Dentro de toda esta revolución que vivió la estación Sur de autobuses, una de las que más innovación entraña es la tecnología de reconocimiento facial. Este edificio cuenta con más de un centenar de cámaras («y creciendo»), que conjugan dispositivos analógicos y digitales. Sin embargo, Miguel Ángel Gallego pronto se dio cuenta de que controlar todas estas cámaras en tiempo real cuando se está buscando a individuos concretos es tarea harto difícil, por lo que optó por aliarse con Herta Security e implantar un software de reconocimiento facial que le facilitara la labor. 
«En un principio queríamos usar el reconocimiento facial para reducir los hurtos en la estación, pero este problema se solucionó de forma natural con un incremento de la vigilancia física. Por ello hemos aplicado esta tecnología a la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas, la trata de humanos o la búsqueda de desaparecidos», comenta el director de Seguridad del centro. «Siempre lo hacemos a requerimiento de los jueces, la Policía Nacional o la Guardia Civil», añade.El pasado año, la estación recibió 46 requerimientos oficiales, aunque Gallego confirma que en muchos casos también colaboran de forma informal con los cuerpos policiales.

Máxima seguridad
Sólo 12 de las 100 cámaras de esta instalación son aptas para el reconocimiento facial, pues deben estar colocadas de manera frontal para captar bien el rostro. «El software lo que hace es medir la distancia entre los distintos puntos del rostro y la compara, mediante un algoritmo, con las imágenes que hemos cargado con anterioridad en el sistema».
Gracias a esta tecnología, junto a otras medidas tan sencillas como eliminar el ruido ambiente para percibir mejor cualquier altercado, una mayor colaboración con la Policía y la Guardia Civil, la creación de una VPN (red virtual privada) o el ya mencionado cierre de las dársenas (que convierte a la estación en un «miniaeropuerto», confiesa Gallego), la estación Sur de autobuses ha logrado reducir de forma drástica sus incidencias de seguridad. No en vano, en 2010, se registraban unas cinco incidencias de media al día, mientras que en la actualidad apenas hay que lamentar unas cinco incidencias al mes «como mucho». Los hurtos, antaño un miedo perenne en este lugar, han desaparecido prácticamente por completo, mientras que otro tipo de problemáticas se previenen y atienden con mucha mayor celeridad que antes.
Ahora el reto es seguir profundizando en este cambio de paradigma. «Seguiremos incorporando las mejoras tecnológicas que nos permitan seguir ayudando de forma efectiva a los Cuerpos de Seguridad del Estado desde la estación», concluye Gallego.