24 de septiembre de 2013

Los grandes almacenes ‘infiltran’ a detectives entre sus empleados para acabar con la oleada creciente de robos de productos: las pérdidas se cifran en 60.000 euros al mes

Los grandes grupos de la distribución en España están recurriendo a detectives privados 'infiltrados' entre los propios trabajadores para cortar de raíz el aumento de robos y hurtos en sus compañías. Se trata de sustracciones registradas incluso en los propios almacenes.

Según ha sabido El Confidencial Digital en fuentes del sector, el aumento de los casos de hurtos dentro de las empresas ha llevado, sobre todo a los grandes de la distribución en España, a contratar a especialistas en investigación privada para acabar con el elevado nivel de pérdidas económicas que les genera la desaparición de productos.
El recurso a los detectives se ha producido tras indagaciones internas que se demostraron infructuosas. Mientras tanto, la sangría de las empresas iba en aumento. Los números rojos han llegado a alcanzar los 60.000 euros al mes en el caso concreto de una de las más conocidas grandes superficies del país.
Aumento de un 23% de los robos y hurtos
El descontento a nivel laboral y personal, así como la situación económica existente y la posibilidad de obtener ingresos extras de manera fácil y continuada, son algunos de los móviles apuntados por los investigadores sobre los empleados que cometen hurtos en sus propias empresas.
Así lo confirma a ECD la compañía Zenit Detectives, especializada en este tipo de investigaciones en el ámbito empresarial. Los datos en posesión de esta empresa indican que el 23% de los casos investigados en el último año han tenido que ver con infiltraciones de los detectives en las compañías: se ha tratado de robos internos.
Utilización de cámaras ocultas y seguimientos
Según las fuentes consultadas, son los directores de seguridad, en acuerdo con la dirección de la compañía, los que proponen la contratación de detectives privados para que se infiltren dentro de la empresa. La llegada del equipo se aborda con el máximo secretismo y discreción, incluso entre los directivos.
Su misión principal es investigar un posible hecho ilícito que determine la existencia de robos en la compañía, ya sea de forma esporádica o por asociación ilícita de parte del personal empleado con ‘cómplices’ externos.
Para realizar este trabajo, que suele alargarse durante más de seis meses, el detective se apoya en la utilización de cámaras ocultas y la realización de seguimientos.
Las pruebas recopiladas por el detective privado para que la investigación sea considerada como un éxito son aquellas que involucran directamente a los empleados que han cometido el robo.
ECD se ha puesto en contacto con empresas que pudieran haber recurrido a estos servicios de investigación, como Mercadona o El Corte Inglés.
Admiten que sí se han producido episodios de robos por parte de sus empleados en los últimos meses, pero matizan que, en ningún momento, han infiltrado detectives en sus dependencias para descubrir y acabar con los hurtos de sus trabajadores.
Hurtos de piezas en empresas tecnológicas
Aunque estos robos suelen llevarlos a cabo empleados de los grandes grupos de distribución, estas prácticas no son exclusivas de este sector.
Según explica a ECD el director de Operaciones de Zenit Detectives, José María Alonso, también se detectan en “grandes empresas del sector tecnológico como la telefonía móvil o el sector industrial, capaz de producir piezas muy pequeñas, fáciles de sustraer y con un gran valor en el mercado ilegal”.
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