Dos técnicos visitaron el centro de menores tras la denuncia de castigos excesivos y grabaciones íntimas presentada por la Asociación de Vigilantes
«Se ha detectado un uso excesivo de la sanción disciplinaria de separación de grupo ante la comisión de faltas muy graves o graves en el centro de Sograndio». En 2013, el informe denominado 'Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura', elaborado cada año por la Defensora del Pueblo, señalaba así uno de los fallos a solventar por el centro juvenil de Sograndio, el único de Asturias para el internamiento de menores con condena.
Pedía la Defensora del Pueblo que el aislamiento no superase los siete días, una petición que se ha vuelto a poner sobre la mesa esta misma semana. Técnicos del organismo que preside Soledad Becerril visitaron el dispositivo, precisamente, tras una denuncia presentada por la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa) sobre castigos excesivos.
Acusan los profesionales al centro de abuso del aislamiento como castigo para los menores. Ayer mismo eran cinco los jóvenes encerrados en estas celdas, conocidas en Sograndio como 'camarillas'. Muchos llevaban ya siete días en ellas y, según fuentes del centro, «no se cumple la petición de la Defensora del Pueblo. Muchos salen a los siete días y, horas después, vuelven a entrar. Y muchas veces, por decisiones arbitrarias».
El aislamiento está considerado como el castigo más severo, ya que supone permanecer aislado en una habitación de pequeño tamaño en la que solo hay un camastro, una mesa y un aseo sin puerta. Todo de color blanco y realizado con material antivandálico. Una medida considerada 'extraordinaria', pero que, según recogía el informe 2013 de la Defensora del Pueblo, hace dos años de los 79 expedientes incoados por Sograndio, 78 fueron encierros en las 'camarillas'. Según aseguraron fuentes del centro a EL COMERCIO, ese castigo sigue siendo «el más utilizado», con vulneración de los tiempos. Los aislados tienen derecho a salir durante dos horas al día a un patio. Normalmente, solo salen una, la vespertina, ya que la matinal es a las seis de la mañana.
Queja ante el fiscal
Nosolo se quejan los vigilantes y profesionales del centro. Un menor ingresado en Sograndio presentó una denuncia contra el castigo impuesto, pero, según recoge el informe 2014 de la Defensora del Pueblo, «fue archivada por el Fiscal de Menores el 21 de febrero».
El mismo fiscal que aún no ha contestado a las quejas presentadas por Avispa, como sí lo hizo su jefa, la Fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, que archivó la denuncia de los vigilantes que ahora analiza el equipo de Becerril.
También tendrán que estudiar cómo un centro pasa de cero fugas en 2014 a las tres que acumuló en dos meses, más otros tres intentos. De acuerdo al último informe de la Defensora del Pueblo, el año pasado ningún menor se fugó de Sograndio, aunque tres lo hicieron durante una salida organizada y siete no volvieron de un permiso.
El documento señala, además, que 104 jóvenes, de ellos solo 12 mujeres, pasaron el año pasado por el dispositivo. La mayoría, 57, para ser internados en régimen semiabierto. La mayoría, 74, españoles.