La FTSP-USO Asturias, en el acto del Día de la Seguridad Privada en Oviedo, culpa al Principado de precarizar el sector. De igual manera, los empresarios se quejan de que algunas compañías compiten con rebajas de las condiciones laborales y la calidad
El sector de la vigilancia privada pasa por momentos difíciles, según la patronal y los sindicatos. Las compañías compiten reduciendo las condiciones laborales de los trabajadores y eso repercute en una menor calidad del servicio, a tenor de lo que explicaron ayer tanto empresarios como los propios vigilantes en los actos del Día de la Seguridad Privada, que concluyeron con la entrega de distinciones en el Auditorio de Oviedo, con presencia del delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo; el coronel jefe de la Guardia Civil de Asturias, Juan Bautista Martínez-Raposo; y el jefe superior de Policía accidental, Jesús Vicente Álvarez.
Luis Alonso Martínez, secretario general de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada en Asturias , y que pertenece al sindicato USO, (FTSP-USO) indicó que “el sector pasa por una situación preocupante en Asturias, por su peor momento, debido a las políticas de contratación del Principado”. “Se están incumpliendo sistemáticamente los derechos laborales. Las empresas que incumplen las reglas no pueden ser contratadas por el Gobierno regional”, aseguró durante el acto. También se quejó de la alta edad media de las plantillas, 42 años, y de la escasa rotación. Y pidió que se reúna la comisión mixta regional de seguridad privada.
Mario José Alonso, gerente de una empresa también ofreció un sombrío panorama. “Hasta ahora había una saludable competencia en calidad, nunca en el deterioro de las condiciones laborales. Estamos preocupados por la disminución de la calidad de la prestación del servicio”, indicó. La crisis del sector se ha traducido en un descenso de los puestos de trabajo, que, en año y medio, han pasado de 2.000 a 1.700, según indicó Alonso. El empresario reclamó un nuevo marco legal que regule los accesos de entrada e indicó que “no son aceptables los intrusismos, que degradan la seguridad privada”.
Pero ayer era una jornada en la que se entregan las distinciones a los vigilantes de seguridad que hayan tenido una labor destacada. La de mayor importancia se concedió al personal de seguridad del Hospital Universitario Central de Asturias. Recogieron el diploma los vigilantes Juan Pablo Altamira y Francisco Márquez, que el pasado mes de enero lograron desarmar a un toxicómano que había amenazado a una celadora con una pistola, cargada con proyectiles de fogueo. “Opuso resistencia, pero logramos reducirlo”, indicó Altamira. Los vigilantes del HUCA han visto incrementadas sus intervenciones en los últimos meses, Hasta tres de ellos han sufrido agresiones con resultado de baja laboral.
También fueron distinguidos los jefes de seguridad del Real Oviedo y del Sporting de Gijón. Éste, José Albuerne, indicó que ha erradicado la entrada de bengalas en los campos y que la nueva ley impide incluso desplegar pancartas ofensivas y discriminatorias.