Los policías recorrieron previamente la ruta, abrieron el cordón de seguridad por indicación del presidente y garantizaron su evacuación del lugar de los hechos
La escolta de Mariano Rajoy cumplió a rajatabla los protocolos de seguridad previstos para garantizar la integridad del presidente. Sin embargo, no pudieron evitar que fuese agredido por un joven, Andrés V. F., que había pasado un cordón de seguridad que se abrió por indicación del propio jefe del Ejecutivo.
Según explican a El Confidencial Digital mandos policiales próximos a los servicios de escolta del presidente del Gobierno, los agentes que acompañaron a Mariano Rajoy en Pontevedra realizaron, antes y durante el paseo del candidato, los mismos movimientos que en recorridos para actos de campaña similares.
Solo tuvieron que cambiar su forma de actuar después de la agresión, aunque tenían muy claro qué tenían que hacer. Este confidencial ha podido conocer, gracias a las fuentes antes citadas, cómo se desplegaron los agentes. Estos fueron todos sus movimientos:
La “avanzada de planificación”
Como en el resto de eventos a pie de calle que ha realizado Mariano Rajoy durante los últimos días, su escolta inició la organización del dispositivo de seguridad estudiando el lugar donde iba a realizar el recorrido el presidente del Gobierno.
En esta primera fase, que en el ámbito de la seguridad a personalidades se le conoce como “avanzada de planificación”, los agentes realizaron el mismo itinerario que horas después haría el jefe del Ejecutivo y analizaron posibles puntos críticos.
La única pega que encontraron fue la estrechez de algunas calles. No obstante, ese problema es considerado “habitual” en itinerarios de estas características.
Tres círculos de seguridad rodeaban a Rajoy
Una vez realizado el estudio sobre el terreno, se organizó el operativo policial que iba a acompañar a Rajoy durante todo el trayecto. Y, como en casos anteriores, se formaron tres círculos de seguridad en torno al presidente del Gobierno en el momento en el que comenzó el paseo por Pontevedra:
-- El primer círculo lo formaban los escoltas más próximos a Rajoy. Un total de seis agentes protegían al presidente, por los dos que estaban junto a Alberto Núñez Feijóo y los cuatro que protegían a la ministra Ana Pastor.
Sobre el papel, debían estar “hombro con hombro” con el presidente del Gobierno. No obstante, Rajoy pidió más espacio y se situaron a uno o dos metros. Las fuentes consultadas aseguran que este tipo de escolta “jamás puede estar más alejada de los cinco metros”, por lo que la distancia era la adecuada.
-- El segundo círculo se situó a diez metros del presidente. Lo formaron otros diez policías y su función era evitar que mucha gente se acercara demasiado al presidente, además de detectar movimientos sospechosos. Mariano Rajoy también indicó a estos agentes que abrieran ese cordón de seguridad para permitir a los ciudadanos que estuvieran más cerca suyo.
-- El tercer círculo lo integraban agentes de paisano y uniformados. Realizaron labor de contravigilancia en las calles adyacentes.
Así reaccionaron tras la agresión
La decisión de Mariano Rajoy de abrir el segundo cordón de seguridad hizo que muchos vecinos de Pontevedra estuvieran a escasos metros del presidente del Gobierno. Andrés V. F. estaba entre ellos y fue el que le propinó un fuerte puñetazo que provocó la reacción inmediata de los agentes que formaban el primer círculo de escoltas.
Uno de los guardaspaldas fue el que placó rápidamente al agresor, mientras que otros dos realizaron la llamada “reducción de silueta de personalidades” o, lo que es lo mismo, minimizar la exposición de Rajoy ante una amenaza real.
El resto, abrió un pasillo de seguridad que permitió unir al primer círculo con los policías del segundo cordón para garantizar una salida del lugar de los hechos sin ningún tipo de peligro para el presidente del Gobierno.
“No se produjo ningún fallo”
Las fuentes consultadas por ECD concluyen que los escoltas no cometieron ningún fallo durante el despliegue, pese a la agresión a Rajoy: “Ese tipo de ataques son inevitables a distancias tan cortas. El presidente del Gobierno, que tiene potestad para hacerlo, decidió abrir el cordón de seguridad”.
No obstante, aseguran estos mandos policiales, el jefe del Ejecutivo jamás hubiera podido ser herido con un arma blanca o un arma de fuego. Y explican por qué: “En distancias inferiores a 5 metros, los escoltas observan atentamente las manos de todas las personas que están al lado de la personalidad a proteger. Si alguno llevara algo, no hubiera podido acercarse al presidente. Y lo mismo si hacen ademán de sacar algo del bolsillo”.
Ha habido casos, como los de Berlusconi, Reagan o Bush, que sufrieron agresiones por objetos lanzados a distancia: “Esas personas no pudieron acercarse a ellos y tuvieron que arrojar el objeto con el que pretendían atacarles. En el incidente de Rajoy, el agresor atacó con un puñetazo no con un objeto. Los escoltas actuaron siguiendo al pie de la letra el protocolo pero no pudieron evitar la agresión”.