El nivel máximo supondría que existe información «sobre una amenaza concreta» y permite sacar al Ejército a la calle
Cada semana, el Gobierno evalúa el riesgo de atentado yihadista y revisa el estado de alerta antiterrorista, actualmente en el nivel 4 sobre una escala de cinco categorías.
El nivel de alerta cuatro -adoptado en junio tras una ola de atentados yihadistas en París, Túnez y Kuwait- se corresponde con «un riesgo alto» y es el más elevado desde los ataques del 11-M en Madrid, en el que Al Qaida asesinó a 202 personas con bombas en los trenes.
Esta categoría supone una mayor presencia de policías en las calles y una vigilancia especial en las zonas más susceptibles de sufrir un atentado, como las infraestructuras críticas del país: puertos, aeropuertos y estaciones de tren.
Elevar la alerta hasta el nivel cinco, el máximo, significa que el Gobierno tiene información sobre «una amenaza concreta» y conlleva un despliegue total de medios. El Ejecutivo puede sacar al Ejército a las calles y restringir el espacio aéreo; supone así que hay temor a «un atentado inminente».
El encargado de fijar el nivel de alerta es el ministro del Interior a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, que analiza los informes de los expertos antiterroristas. Los cinco niveles de alerta se corresponden con un mayor o menor riesgo, dentro del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, y suponen la aplicación de unas medidas concretas.
Tras los atentados del pasado 13 de noviembre en París, el Gobierno mantuvo el nivel 4 pero lo «reforzó» con mayor vigilancia en las áreas específicas más vulnerables, como medios de transporte.