El aparato inutiliza la señal de los mandos a distancia de los coches, que quedan a expensas de los ladrones
Las fiestas navideñas son sinónimo para muchas familias de jornadas maratonianas de compra y los aparcamientos de los centros comerciales se llenan en los días claves y muchos de esos vehículos van ya cargados con compras realizadas. Hay quien no se molesta en guardarlas en el maletero y desde fuera se puede ver que el coche va cargado.
Todos esos detalles son de sobra conocidos por los ladrones que marcan en rojo en su calendario las fiestas que garantizan grandes aglomeraciones y donde es más fácil actuar sin ser visto. Así en los últimos días se han producido varios robos en los aparcamientos de centros comerciales, que resucitan el uso de inhibidores de frecuencia que ya ha quedado en evidencia en anteriores operaciones policiales ya resueltas.
Los ladrones recurren a un aparato que neutraliza la señal que envían los mandos a distancia de cierres de vehículos. La víctima cree que su vehículo está cerrado pero cuando regresa se encuentra con la desagradable sorpresa de que el interior ha sido desvalijado. En muchas ocasiones, la duda hace pensar que el robo ha sido fruto del olvido al no accionar el mando.
El año pasado, la Policía Nacional detenía a cinco personas por cometer robos siguiendo este modus operandi en Alcalá de Guadaira. Este periódico tiene constancia de al menos dos sustracciones ocurridas en Sevilla Este y Camas. Desde el gabinete de prensa de la Policía Nacional aseguraban que no tenían constancia de que se estuviera produciendo una oleada de robos.
Los inhibidores son aparatos al alcance de todos. Una simple búsqueda por internet revela la facilidad para adquirir uno de estos aparatos que sirven para anular la señal de un mando a distancia. Además la oferta es muy amplia, desde inhibidores de apenas 100 euros a sistemas que superan los 1.000 euros. La principal diferencia está en el radio de alcance. Los más baratos apenas superan los 10 metros de distancia; mientras que los más profesionales son capaces de inutilizar una extensión muy amplia de terreno. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los aparatos que inhiben las señales de radio en las proximidades de edificios públicos como medida de seguridad.
Estos aparatos electrónicos son también usados por las bandas profesionales que trabajan en el mercado negro de los vehículos de gama alta. Las organizaciones búlgaras pusieron de moda los inhibidores en la década pasada. Estas bandas no buscan lo que guardan los coches sino llevarse los vehículos.
Por eso, el principal consejo para evitar ser una víctima más es asegurarse de que el coche está cerrado tras accionar el mando o simplemente recurrir al método tradicional de la llave, así, no hay emisión de ondas de frecuencia que puedan ser neutralizadas mediante un sistema remoto. También es aconsejable comprobar a mano que las puertas están cerradas.
Otra medida a tomar es estar atento a los coches que se sitúan en doble fila cuando estamos abandonando el vehículo. Desde el interior pueden estar activando el inhibidor. Por último, es aconsejable guardar las compras y efectos de valor en el maletero o en espacios que estén fuera del alcance de la vista desde el exterior no garantiza que los ladrones desistan.