Ya no hay atracadores como los de antes. Si hace siete años un grupo de ex militares albano-kosovares se llevaba un millón de euros en joyas tras inmovilizar a los vigilantes de seguridad de un establecimiento de «Suárez» en Barcelona, el miércoles, otra banda, casi de andar por casa, lo intentaba en la calle de Serrano.
Ocurría al mediodía. Con la «Milla de Oro» madrileña llena de personas que apuraban sus últimas compras de Navidad, los tres asaltantes se dispusieron a dar el «palo». Uno de ellos, haciéndose pasar por cliente, abrió la puerta del establecimiento, situado en Serrano, 62. Iba bien vestido, para no levantar sospechas. Aprovechó entonces para franquearle la entrada a sus dos compinches.
Los delincuentes llevaban grandes gafas, pelucas y barbas postizas. Pero no se cubrieron el rostro y pudieron ser grabados por las cámaras de videovigilancia de una de las joyerías más conocidas del país.
El establecimiento estaba lleno de clientes. Además, cuenta con un vigilante de seguridad armado, algo que los delincuentes, si fueran verdaderos profesionales del crimen, deberían de haber sabido. Esgrimieron un hacha y una pistola que, según los primeros indicios, sería falsa. Ordenaron a todas las personas que allí se encontraban y que se llevaron un susto de muerte que se echaran al suelo. Así lo hicieron.
Pero con lo que no contaban los delincuentes es con los avanzados sistemas de seguridad de la joyería. Las piezas más caras, verdaderos artículos de gran lujo, se encuentran en unas vitrinas que cuentan con un dispositivo. Los empleados de «Suárez» activaron el sistema de alarma y unas mamparas de protección cerraron el acceso interior y exterior de las vitrinas del escaparate.
Los ladrones debieron de sorprenderse bastante, pues, en su nerviosismo, decidieron actuar y sólo pudieron llevarse unas piezas que estaban siendo mostradas a unos clientes: un pendiente y un anillo de oro. El primer cálculo habla de que el botín con el que se escaparon apenas llega a los 3.000 euros, indicaron a este periódico fuentes de la investigación. El robo duró poco más de un minuto.
Robo en Sanchinarro
Por otra parte, el Cuerpo Nacional de Policía prosigue con la investigación del robo perpetrado justo durante las campanadas de la pasada Nochevieja en un conocido centro comercial del PAU de Sanchinarro, en el distrito de Hortaleza.
Se busca a alrededor de una decena de personas que habrían sustraído una cantidad bastante importante en joyas y relojes de marca. Esta banda llegó en distintos vehículos y, con unos explosivos de fabricación casera, reventó el escaparate que da a la zona de joyería del establecimiento, en la planta baja.
Luego, a mazazos, la emprendieron con algunas vitrinas. Pero las llamas provocadas por el explosivo activaron el sistema anti-incendios. Además, los vigilantes privados no dudaron en disparar, al menos, en seis ocasiones al aire, para disuadir a los cacos. Sin embargo, los delincuentes consiguieron escapar en los mismos vehículos en los que llegaron. El Gremio de Joyeros se queja del alto nivel de delincuencia contra el sector.
Fuente: abc.es