25 de noviembre de 2015

El hospital de Gandia refuerza la seguridad con 40 cámaras y nuevos pulsadores de alarma

El centro aumenta la vigilancia con más personal y forma a los empleados sanitarios para actuar en caso de emergencia
El nuevo hospital Francesc de Borja cuenta con sistemas de seguridad de última tecnología con el fin de controlar los accesos del edificio y los puntos más críticos, y actuar con la mayor celeridad posible en caso de emergencia. Para ello, el hospital dispone de pulsadores manuales de alarma distribuidos por todo el edificio. Cuando una persona (trabajador, paciente o familiar) quiere dar aviso de una emergencia, únicamente tiene que pulsarlo.
A continuación, se activa una alarma sonora en el punto de control de seguridad. El vigilante comprueba en el plano de su pantalla de dónde procede la emergencia (que se marcará en rojo automáticamente) y activa el protocolo adecuado según el tipo de emergencia y asegurándose previamente de que no se trata de una falsa alarma.
El hospital ha ampliado el número de cámaras. Así, el actual centro cuenta con 40 dispositivos, 28 más que en el antiguo edificio, cuyas imágenes se visualizan a tiempo real y durante las 24 horas desde el punto de control.
La vigilancia también se ha reforzado a nivel presencial con una persona más en el edificio. El sistema antiincendios también se gestiona desde el mismo punto, unificando así todos los controles, que en el antiguo edificio estaban dispersos, con lo que, según afirma el jefe de Mantenimiento del hospital de Gandia, Antonio Luján, «se gana tiempo en caso de emergencia y se mejora considerablemente la seguridad».
Los trabajadores del hospital han recibido formación básica sobre el Plan de Autoprotección y Evacuación de las nuevas instalaciones de la avenida de la Medicina desde que comenzaron a trasladarse a sus nuevos puestos de trabajo el 16 de marzo. Esta formación es obligatoria para todo el personal de aquellos hospitales que cuentan con más de 200 camas.
Además, los llamados equipos de primera y segunda intervención han recibido formación específica, tanto teórica como práctica. En este último caso, sobre la extinción de fuegos con extintores y mangueras. Por las características del edificio, los riesgos de emergencias internas son muy bajos. A esto ayuda el hecho de que no hay sótanos.
En cuanto a los condicionantes externos, el único riesgo alto es el de inundación por la proximidad al río Serpis, porque cuando llueve suele ser de forma torrencial (gota fría) y porque el nivel freático es muy bajo (el terreno era marjal), mientras que existe un riesgo moderado de terremoto, dada la orografía del terreno. En caso de incendio, el primer paso a seguir es el de dar aviso para que se active el protocolo. A continuación, y según la envergadura del fuego, se podrá utilizar el extintor y, por último, cerrar las puertas para que no se propague el incendio. Las puertas son de resistencia al fuego durante 120 minutos, de manera que al cerrarlas, las llamas aguantan hasta dos horas sin propagarse.