4 de diciembre de 2015

La juez obliga al seguro de una discoteca a pagar por la violencia de sus “seguratas” en la calle

La sentencia condena a cuatro vigilantes que propinaron una paliza en plena vía pública a cinco clientes de la sala Juanchito, de L'Hospitalet
Un juzgado de lo penal de Barcelona ha condenado a dos años de cárcel a cada uno de los cuatro vigilantes de seguridad de la discoteca Juanchito de L'Hospitalet de Llobregat que la madrugada del día 25 de noviembre de 2012 se enzarzaron en una fenomenal pelea con un grupo de clientes a los que llegaron a golpear con palos y porras.
La sentencia considera que la compañía de seguros de la sala de baile es la “responsable civil directa” de la indemnización de más de 10.000 euros que se establece en la resolución de acuerdo con el alcance de las lesiones y las secuelas que sufrieron las víctimas.

Fuera de horario y en la calle
Llama la atención que los hechos que se atribuyen a los empleados (y la consecuente responsabilidad civil producida) ocurrieron fuera del recinto de la discoteca y fuera del horario de apertura y cierre de la misma.
La sentencia, además, sitúa al dueño de la sala de baile como “responsable civil subsidiario” en caso de impago por parte de la compañía de seguros.

Uso de palos y porras
La sentencia no acaba de aclarar los motivos y circunstancias que provocaron la trifulca. Lo que si queda claro es que los clientes víctimas de la agresión y los vigilantes de seguridad se enzarzaron en una discusión que se inició en el interior del local.
Víctimas y agresores han discrepado durante el juicio sobre si los empleados de la discoteca utilizaron defensas y palos en la pelea. El tribunal, oídas ambas partes, cree acreditado que sí, y por ello, dice que no existe duda alguna de que se trató de un delito de lesiones porque “se deduce de la propia conducta de los acusados, un ánimo genérico de hacer daño y lesionar”.
La Guardia Urbana de L'Hospitalet presentó un informe en el juzgado en el que se acredita que los imputados utilizaron porras extensibles y no acataron las órdenes de la policía cuando, personada en el lugar y momento de los hechos, trató de detener la trifulca.