11 de junio de 2015

Un hombre de 64 años fallece al pegarse un tiro en la sien en unos baños del HUCA

La víctima, ajena al centro sanitario, murió desangrada tras dispararse con un calibre 22 pese a ser trasladada de inmediato al servicio de Urgencias
La actividad del edificio de hospitalización donde un hombre se disparó ayer en la sien no se vio afectada. En la imágenes, el exterior y el interior del baño donde ocurrió el triste suceso.
Un hombre de 64 años falleció ayer en unos baños públicos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tras pegarse un tiro en la sien con una pistola del calibre 22, en torno a las 11.30 horas. El personal sanitario no pudo hacer nada por salvar su vida pese a trasladarle prácticamente de inmediato al servicio de Urgencias -situado a sólo 30 metros de distancia- cuando algunos trabajadores oyeron el disparo y le encontraron desangrándose, con un orificio de entrada y otro de salida en la cabeza. Estaba tirado en el suelo de uno de los servicios de la primera planta, frente a los quirófanos del área materno infantil y la sala de espera de familiares.
La brigada científica de la Policía Nacional, que investiga los hechos, acordonó la zona durante buena parte de la mañana para impedir el paso de los usuarios del HUCA, aunque pocas personas conocían lo que había pasado minutos después del triste suceso gracias a la labor del personal sanitario y de los vigilantes de seguridad de esa ala del HUCA.
Al cierre de esta edición, se desconocía la identidad del fallecido ni sus motivos para poner fin a su vida, aunque fuentes sanitarias aseguraron que era una persona ajena al hospital, es decir, que no era un paciente ni un familiar de algún ingresado, sino que había entrado en el edificio de hospitalización esa mañana vestido de calle y con la pistola encima. Otras fuentes señalaron que dejó una carta de despedida a sus familiares. Además, la víctima no pertenecía a la Policía Nacional ni a la Local, y ahora se investiga si estaba relacionada con la Guardia Civil para poder justificar que estuviera en posesión de un arma de fuego.
El ruido del disparo apenas tuvo repercusión en el HUCA, por lo que tan sólo la presencia de los agentes de seguridad llamó la atención de los usuarios a partir de las once y media de la mañana, que recibieron la simple explicación de "está cerrado" al pasar por delante de los baños.
Un carrito de los usados normalmente por el personal de limpieza del centro sanitario atravesaba la entrada del los servicios, donde la Policía Nacional y la dirección del HUCA optaron por no poner una cinta de balizamiento para no despertar sospechas ni generar una alarma innecesaria. La actividad de la planta transcurrió con total normalidad