Los agentes de los Servicios de Información de la Policía rastrearon los 400 asientos que los socios habían dejado vacíos en el partido y visualizaron las cámaras para encontrar al agresor
El joven Israel M. C., socio del Atlético de Madrid, pretendía acceder al moderno estadio Wanda Metropolitano el pasado sábado 18 de noviembre, pero el partido entre el club rojiblanco y el Real Madrid ya había comenzado, por lo que los encargados habían cerrado los tornos de acceso a la instalación. El aficionado, de 27 años, sin embargo, no se conformó con las explicaciones que le ofreció un vigilante de seguridad que custodiaba la puerta por la que él pretendía entrar.
Después de una fuerte discusión, Israel decidió arremeter con violencia contra el profesional. Le propinó un fuerte puñetazo en la parte izquierda de la cara y lo tumbó. El golpe provocó que la víctima tuviera que ser asistida en un primer momento por los servicios de emergencias desplazados hasta el estadio. Sin embargo, la gravedad de la lesión aconsejó su traslado al hospital, donde fue intervenirlo quirúrgicamente en el ojo izquierdo. Los médicos que le atendieron no tuvieron más remedio que extraerle el globo ocular, lo que le dejó tuerto.
El agresor huyó de la zona a la carrera, por lo que se enfrentará presumiblemente a un delito de lesiones graves, dado el alcance del golpe. Agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid de la Policía Nacional, sin embargo, siguieron su rastro y dieron con él apenas dos semanas después. Comenzaron la investigación con los pocos datos que tenían. Los testigos habían observado que el asaltante llevaba una sudadera con las palabras Mala Vita, el nombre de una de las facciones más radicales del Frente Atlético, e informaron de que el agresor era socio del club.
Los agentes se pusieron en contacto con el club y consiguieron la lista de los alrededor de 400 abonados que ese día no habían hecho uso de su condición de socio para acceder al estadio. Es decir, que había 400 asientos vacíos y había que rastrear uno por uno para ver si sus propietarios coincidían con la descripción dada por los testigos. Al mismo tiempo, los agentes visualizaron las cámaras de la instalación deportiva, sobre todo las que apuntan a la zona en la que se había producido el ataque, con el fin de tratar de identificar al hombre con la mencionada camiseta.
Días después, dieron con Israel y consiguieron detenerlo. A pesar de su vinculación con el Frente Atlético, un grupo oficialmente expulsado del estadio del Atlético de Madrid tras el asesinato hace tres años de un ultra del Deportivo de La Coruña, el agresor había logrado permanecer hasta ahora en un discreto segundo plano para la Policía. Los propios agentes le atribuyen ser el autor del puñetazo que provocó la pérdida del ojo izquierdo del vigilante de seguridad y presentaron un informe al respecto al juzgado que coordina la investigación. En el procedimiento judicial, según ha podido saber El Confidencial, tiene previsto personarse también como acusación la Liga de Fútbol Profesional. La decisión se oficializará en los próximos días.