28 de agosto de 2015

El atentado fallido pone de manifiesto la vulnerabilidad del transporte ferroviario.

poli tren‘Si un terrorista tiene un billete, sube al tren’
El atentado frustrado en el Thalys, el tren que une Amsterdam, Bruselas y París, ha abierto el debate sobre la seguridad en los trenes europeos. Que un hombre entre con un AK47 y varias pistolas en un vagón con toda tranquilidad en una línea internacional pone de manifiesto la vulnerabilidad de este transporte público. Este suceso puede marcar un antes y un después en las medidas de acceso a los trenes.
En España, de la seguridad se encarga ADIF como gestora de las infraestructuras. En las grandes estaciones de tren españolas (Atocha, Chamartín, Sans, Delicias…) hay instalados desde hace años arcos metálicos para escanear los equipajes en líneas de alta velocidad, líneas internacionales y líneas de larga distancia. Es decir, que en estas estaciones sería imposible que un presunto terrorista como El Khazzani entrara con un AK47, pistola, cuchillo y munición en una bolsa de deporte sin ser detectado.
En España ese caso sólo podría darse si el arma (una pistola, por ejemplo) se llevara no en una mochila sino dentro de una prenda, ya que no hay arcos de seguridad para las personas. Otra cosa bien distinta son las estaciones de líneas secundarias y de cercanías, donde la seguridad se limita a la presencia de miembros de empresas de seguridad. Aún así, España posee mejores medios que Francia, Bélgica u Holanda. La razón es sencilla: la terrible experiencia de los atentados del 11-M reveló que los ferrocarriles son el transporte público (junto con los autobuses) más vulnerable a los atentados.
De momento, dado que estamos en uno de los fines de semana con menos personal activo, aún no se han tomado decisiones sobre si conviene reformular la seguridad en las estaciones y añadir arcos de detección también para personas, como se hace en los aeropuertos. El problema es que ni existe una normativa internacional que lo sostenga y añadiría el inconveniente de las colas y los cacheos a un medio que resulta competitivo con el avión por su rapidez de embarque.
(“Y los terroristas  claro está, saben y valoran lo que se explica en el párrafo anterior”), gracias a los héroes que lo pudieron evitar, que sino estaríamos hablando de otra masacre.
En Francia, la situación es diferente: Guillaume Pépy, presidente de SNCF, desveló al periódico Le Journal de Dimanche algunas de las medidas planteadas en su reunión con Valls tras el fallido ataque de Ayoub el Khazzani. El plan Vigipirate ya incluye el aviso de cosas o acciones inusuales percibidas por los pasajeros en una estación o en un tren. A partir del 1 de septiembre, habrá un equipo especializado que se encargará de recibir esas alertas para identificar si es un falsa alarma o si se trata de algo que deba desencadenar una intervención. Esto no quita responsabilidad al resto de usuarios de trenes. “Vigilancia para todo el mundo: las fuerzas del orden, los agentes de SNCF que son 150.000 sobre el terreno pero también nuestros cinco millónes de viajeros diarios”, declaró.
Un controlador de la compañía francesa denunció sin embargo en France Info la laxitud del sistema de control actual y la dificultad de seguir la pista de cada viajero. “Si un terrorista tiene un billete en regla, sube sin problemas. No podemos poner un policía detrás de cada viajero”, dijo el empleado, que prefirió guardar su identidad en el anonimato después de 20 años en el oficio. “Los controladores no pueden intervenir por la seguridad de los pasajeros, no están entrenados como militares”, añadió.
La necesidad de fortalecer la seguridad en los trenes europeos se encuentra con trabas económicas pero, especialmente, de competencia con otros medios de transporte como es el avión. “En Francia, el tráfico de trenes es 20 veces superior al tráfico aéreo”, explicó el presidente de SNCF. “Piense en los controles de embarque en los aeropuertos, sería necesario hacer 20 veces más en un tren”, dijo.
Y entonces que sugieren en el anterior parrafo, ¿que la gente con tal de evitarse un control, prefieren morir en un atentado terrorista?. ¿O que por una cuestión de ahorro de unos miles de euros asumen el que gente inocente muera?
“Aumentar la seguridad de los trenes en Francia no tiene sentido si no aumentamos la seguridad de los trenes en Europa”, (Esto está claro) aseguraba un ex director de la Dirección General de Seguridad Exterior en un canal de radio francés. Por otra parte, la abogada de El Khazzani dice que su cliente se muestra “asombrado” de las acusaciones de terrorismo. Según él, su intención era robar y después disparar en un cristal para romperlo y huir. “Pretendía utilizar el dinero para alimentarse” ya que, según su abogada, “se encuentra muy delgado”.
¿Y que sucede en España?; pues algo para que nos lo hagamos mirar, como por ejemplo la reducción a diario de componentes de Seguridad tanto publica como privada de las estaciones de metro y lineas y estaciones ferroviarias en general.
Lo sucedido no es casualidad, si ahora para un terrorista es muy complicado, actuar en un avión o aeropuerto, pues está claro que buscaran sitios mas vulnerables con enorme repercusión mediática, de gran afluencia de personas y si por añadidura dañan al turismo pues mejor.
Estando como estamos en nivel 4 de alerta terrorista, lo que no se puede estar haciendo es reduciendo las plantillas en lo que a seguridad privada se refiere (que es lo que a nosotros nos afecta directamente) por ahorrarse unos miles de euros, ya que la realidad termina siendo tozuda y diciendo que no es ahí precisamente donde se tiene que ahorrar.
Como dicen en una parte del articulo un responsable político; “aún no se han tomado decisiones sobre si conviene reformular la seguridad en las estaciones y añadir arcos de detección también para personas”.
Pues a nosotros nos parece que están tardando en (REFORMULARLO) y si se tienen que poner arcos para los viajeros también, no solo para el equipaje, pues se tendrá que hacer.
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El Ministerio del Interior elevó  el nivel de alerta antiterrorista tras los atentados yihadistas perpetrados en Francia, Túnez y Kuwait, por lo que España se sitúa en una escala de riesgo de cuatro sobre cinco, lo que se traduce en unaalerta alta ante una posible atentado terrorista dentro de nuestras fronteras.
Que cada uno saque sus conclusiones.