27 de agosto de 2015

Bruselas estudia medidas de seguridad en los trenes como introducir cámaras de seguridad

Bruselas estudia medidas de seguridad en los trenes como introducir cámaras de seguridad. Representantes de los Ministerios de Transportes e Interior de la Unión Europea se reunirán en septiembre para discutir mejoras en la seguridad de los transportes dentro del espacio Schengen. Entre las medidas se plantea la posibilidad de introducir cámaras de videovigilancia en los trenes así como arcos de detección de metales o escáneres corporales en las estaciones de tren. No existe de hecho ningún tipo de legislación a nivel europeo sobre la seguridad de los transportes ferroviarios ni de carretera.
La Comisión Europea estudia posibles opciones para contribuir a afianzar la seguridad en los trenes de alta velocidad en la Unión Europea tras el atentado frustrado en el Thalys el pasado viernes como el refuerzo de los controles de seguridad, la introducción de cámaras de seguridad en los trenes y arcos de detección de metales o escáneres corporales en las estaciones, según han avanzado fuentes comunitarias.
El autor del tiroteo frustrado, identificado como el ciudadano marroquí Ayub el Khazzani, de 26 años y que fue reducido por los propios viajeros, abrió fuego con un fusil Kalashnikov en el interior de un tren de alta velocidad que conecta Amsterdam con París tras subirse en Bruselas.
Tras el incidente, en el que tres personas resultaron heridas, el primer ministro belga, Charles Michel, reclamó adaptar las normas que afectan a la libre circulación en el espacio Schengen y “generalizar los controles de identidad y de equipaje en los trenes internacionales”, insistiendo en que “el objetivo no es suprimir libertades, sino hacer frente a una amenaza” terrorista, que se ha agudizado “hace más de un año”.
“Está claro que la zona Schengen no es y nunca ha sido el problema. Los controles de seguridad en los trenes están perfectamente permitidos, igual que en los aviones”, ha explicado en rueda de prensa la portavoz del Interior, Natasha Bertaud, que ha recordado que la seguridad es una prerrogativa y responsabilidad “principalmente nacional” y el Ejecutivo comunitario se limita a “ayudar a coordinar” las medidas.
Representantes de los Ministerios de Transportes e Interior de los Estados miembro, de la industria y del Ejecutivo comunitario se reunirán en septiembre –previsiblemente el 11, aunque la fecha no está cerrada– en el marco del grupo de trabajo sobre transporte terrestre para discutir “las mejores prácticas en seguridad y si se deben tomar medidas adicionales a nivel de la UE”, ha explicado la portavoz. “También discutiremos esto en el próximo Consejo de ministros de Transporte en octubre”, ha confirmado.
El grupo de expertos, creado en 2012 a instancias de la Comisión Europea, se ha reunido en ocho ocasiones y, en el caso del transporte ferroviario, su prioridad ha sido hasta ahora cómo reducir los robos de cables y no la amenaza terrorista, según han explicado fuentes comunitarias.
No existe de hecho ningún tipo de legislación a nivel europeo sobre la seguridad de los transportes ferroviarios ni de carretera, a diferencia de los transportes marítimo y aéreo, éste último introducido a raíz de los atentados contra las Torres Gemelas del 11-S.
“Hay que centrarse en los trenes de alta velocidad y la red ferroviaria transeuropea”, han avanzado fuentes comunitarias. “La red de alta velocidad es un objetivo más sexy (para terroristas) que los trenes de cercanías”, han esgrimido, admitiendo que “no fue el caso” de los atentados de Madrid del 11-M.
El Ejecutivo comunitario no tiene “ninguna propuesta concreta todavía” para afianzar la seguridad en el sector ferroviario pero sí “ideas potenciales” que se podrían poner en marcha “si hay voluntad política” por parte de los Estados miembros, aunque cualquier medida debe ser “proporcional”.
Así, el refuerzo de los controles de seguridad puede ser “una opción”. “No puede haber un control a cada pasajero en cada tren porque sería un control fronterizo”, han explicado fuentes comunitarias, que admiten que existe con todo “cierta discreción hasta cierto grado” en función del nivel de amenaza e insisten en todo caso en la diferencia entre los controles de seguridad y de identidad.
Las compañías ferroviarias pueden contrastar la identidad del pasajero por ejemplo para garantizar que es el comprador del billete, pero sólo la Policía puede realizar controles de identidad si cree que algún terrorista potencial o criminal viaja en un tren y contrastar su perfil en la base de datos de sospechosos. Los Estados miembro no tienen obligación de notificar a Bruselas controles policiales en las fronteras internas, dado que son competencia nacional, según fuentes comunitarias.
Según la normativa del Código de Fronteras Schengen, la supresión del control en las fronteras interiores “no afectará al ejercicio de las competencias de policía de las autoridades competentes de los Estados miembros en virtud de su Derecho interno” y las inspecciones, incluido en las zonas fronterizas, se autorizan siempre que no tengan “un efecto equivalente a las inspecciones fronterizas”.
Las inspecciones son posibles si no tienen como objetivo el control de la frontera y están basadas en información y experiencia policiales de carácter general sobre posibles amenazas a la seguridad pública y si están destinadas a combatir el crimen transfronterizo. Igualmente, si se conciben y se ejecutan de forma diferenciada de las inspecciones sistemáticas de personas en las fronteras externas o cuando se hacen de forma aleatoria.
Según la normativa, los controles en las fronteras interiores se pueden restablecer de forma temporal en caso de “amenaza grave para el orden público o la seguridad interior”. Eso sí, por un periodo “limitado” no superior a 30 días salvo que persista la amenaza.
El Ejecutivo comunitario tampoco descarta otras medidas como introducir cámaras de seguridad en los trenes y armonizar las normativas sobre estos equipos en los Estados miembros, algo que “no impedirá” un ataque pero sí ayudará a “gestionar” la respuesta “si se puede ver lo que ocurre a la vez en 18 vagones”, así como otros equipos y tecnologías como los arcos de detección de metales, algo que permitiría detectar armas. “Otra alternativa serían los escáneres corporales”, han explicado las fuentes.
Asimismo, está “abierto” a discutir un sistema de registro de pasajeros ferroviario, a semejanza del propuesto para los pasajeros aéreos para la lucha antiterrorista aunque avisa de que “tendrá un coste para los operadores” o incluso “otras ideas” como los agentes de seguridad aérea encubiertos que han llegado a estar operativos en “tres países”, según fuentes comunitarias.