A LAS 2 SERÁN LAS 3
La madrugada del próximo domingo 27 de marzo hay cambio de hora y toca adelantar el reloj: a las 2.00 serán las 3.00 horas. La medida inaugura el llamado horario de verano y se trata de una directiva comunitaria que tiene como objetivo favorecer el ahorro energético (de un 5%) porque permite poder realizar más actividades con luz natural.
El horario de verano al que entramos con este adelanto de los relojes permite poder llevar a cabo más actividades con luz natural ya que no se desperdician las horas de claridad por la mañana y en cambio se alargan las horas de luz natural por la tarde-noche. Todo ello supone un importante ahorro energético. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía estima que esta medida puede suponer un ahorro del 5%. Algo que se traduce en 300 millones de euros que se dejan de gastar.
Desde 1974
Cambiar la hora como medida de ahorro energético empezó a usarse en algunos países a partir de 1974 con la primera crisis del petróleo: adelantaban los relojes para poder aprovechar la luz natural y así consumir menos luz artificial. El buen resultado que dio la medida hizo que se generalizara. Según algunos datos, un 90% del ahorro relacionado con el cambio de horario se da en el ámbito doméstico, en los hogares. Además, adelantar los relojes también tiene impactos positivos en sectores como transportes, la salud, el turismo o el ocio.
Este cambio al horario de verano tiene lugar siempre la madrugada del último domingo de marzo y concluye el último domingo de octubre, cuando se retrasan una hora los relojes para regresar al horario de invierno
