Prosegur ha tenido que deteriorar una parte de su negocio en China como consecuencia del contencioso surgido con su socio local Imperial Dragon Security (IDS), con el que se alió a finales de 2012. La disputa ha provocado que la compañía española haya perdido el control sobre dos de las sociedades en que participa, Shanghai Weldon Security Equipment (tiene el 55 por ciento del capital) y Hangzhou Weldon Security Service (el 64 por ciento). Esto, a su vez, ha tenido un impacto neto en la cuenta de resultados del primer semestre por un importe de 6,37 millones de euros, según figura en una respuesta del grupo a requerimiento de la CNMV.
La empresa de seguridad española facturó en el mercado Asia-Pacífico 142 millones de euros en 2014, por lo que el impacto a sus cuentas es muy reducido. No en vano, el litigio afecta a dos de las cuatro sociedades participadas por Prosegur en el marco del acuerdo con IDS. Quedan al margen, por tanto, Shanghai Weldon Secutiry Service, en la que la compañía que preside Helena Revoredo tiene el 55 por ciento de las acciones, y Sichuan Weldon Security Service. Asimismo, Prosegur cuenta con cuatro sociedades que operan en China y que son de su propiedad al 100 por cien.
Al margen de la contabilización de sus participadas en China, Prosegur también explica a la CNMV que está renunciando a los contratos que no sean rentables en Francia, como ya ha hecho en España, entre otros, con el de Metro de Madrid. "Se está desarrollando una estrategia comercial de protección de márgenes, revisando toda la cartera de clientes" y "aplicando nuevos criterios de rentabilidad, términos de cobro y potencial de desarrollo", subraya.