Si en la valla no ha sido necesario usar armas, el sindicato se pregunta por qué hacerlo en el centro.
La Unión Federal de Policía (UFP) considera que la Ley de seguridad privada 5/2014 tiene “varias interpretaciones” que hacen que se pueda decidir que los vigilantes de un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) como el de Melilla puedan o no portar armas.
En un informe del sindicato al que ha tenido acceso El Faro y en el que se analiza el uso de armas por parte de la seguridad privada y de los Cuerpos estatales, la organización hace hincapié en que el apartado D del artículo 40 de la norma de seguridad privada recoge que “cuandos las características y circunstancias lo requieran” se podrá usar un arma “en centros penitenciarios, centros de internamiento de extranjeros, establecimientos militares u otros edificios o instalaciones de organismos públicos, incluidas las infraestructuras críticas”.
Estas conclusiones del sindicato responden a la postura de la asociación en defensa de la seguridad privada Marea Negra, que en este mismo periódico se pronunció a favor de que los empleados de seguridad del Centro de Estancia Temporal portasen armas en su servicio.
“No son peligrosos”
Así pues, según la UFP, dada esta norma, el CETI no es un lugar en el que se deba portar armas, ya que, argumentan que los residentes del centro “no son personas peligrosas”, sino más bien “seres humanos con muchos dramas familiares a cuestas”.
“Seguramente, en ocasiones, los nervios les traicionarán y presentarán momentos de crisis que los profesionales de la seguridad debemos entender”, indican también desde el sindicato.
Por otro lado, la organización policial pone sobre la mesa que “las empresas y los vigilantes son muy libres de reclamar lo que quieran a este respecto”, pero que, “hoy por hoy”, la UFP está “en contra” del uso de armas en el CETI.
“La valla es mucho más conflictiva y en su gestión las armas no han sido, afortunadamente, protagonistas”, argumentan desde la organización, y añaden que los casos en la alambrada “se han resuelto con profesionalidad”.
Policía y seguridad privada
Por otro lado, la UFP resalta que dentro del propio Cuerpo Nacional de Policía, las armas son siempre “el último recurso” a utilizar por los agentes y que éstos deben llevar a cabo “un compromiso de portar armas y, en su caso, llegar a utilizarlas, que se prestará a través de declaración del solicitante”.
A este respecto, por tanto, el sindicato recalca que un policía “nunca a lo largo de su vida pierde contacto con las armas asignadas a su función policial”, puesto que los agentes están sometidos al Plan Nacional de Tiro, que hace que tenga que llevar a cabo pruebas rutinarias.
Además, la UFP apunta que los vigilantes privados serán consideraros “agentes de la autoridad” cuando desarrollen funciones “bajo el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.