Los ladrones, buscados por una ola de atracos en la comarca, encañonaron al vigilante y reventaron la puerta con una elevadora en Pozo Estrecho
Una banda de ladrones, de la que se teme que en cualquier momento use sus armas de fuego, volvió a dejar claro el jueves por la noche por qué se ha convertido en el enemigo número uno de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado en la comarca de Cartagena.
Cuatro de los cinco componentes del grupo, que hace unas semanas atracaron un salón de juegos en Los Dolores, asaltaron un almacén de chatarra situado en Pozo Estrecho y robaron una máquina expendedora con mil euros en su interior. Lo hicieron tras golpear al vigilante de seguridad y reventar la puerta de la oficina con una máquina elevadora.
Los hechos ocurrieron a las nueve de la noche, cuando los empleados de Hermanos Inglés habían salido. «Cuatro hombres con guantes y pasamontañas saltaron la verja, se acercaron por la espalda al guarda, le dieron con una barra de hierro en la cabeza y le golpearon en las piernas. Lo encerraron en la garita y le exigieron las llaves de la oficina», dijo el gerente, Antonio Inglés. Y precisó que uno tenía acento latino y otros árabe, y que hablaban entre sí en español.
Al ver que el guarda no tenía las llaves, destrozaron la puerta. Sonó la alarma, pero les dio tiempo a llevarse una máquina expendedora valorada en 9.000 euros y dos ordenadores portátiles, y a huir en el coche del vigilante, que abandonaron en una finca cercana, donde presuntamente les esperaba el quinto miembro de la peligrosa banda.