Un compañero dijo en la sesión anterior que el responsable «debía estar en el cuarto para poder activar el plan de autoprotección si había que recurrir a él»
Dos vigilantes de Seguriber reconocieron ayer en el juicio del Madrid Arena que en el momento del tapón humano mortal no había nadie en el cuarto de control de cámaras, porque la función de la empresa no era vigilar las cámaras ni dar la voz de alarma ante un incidente, sino asegurarse que todo quedaba grabado.
En la sexta sesión de la vista oral que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Madrid han declarado el jefe de equipo Raúl Monterde y el vigilante de Seguriber encargado del cuarto de cámaras Roberto Mateos.
Ambos manifestaron que Seguriber no estaba obligado a mantener a una persona en el cuarto porque su función no era la de controlar las cámaras, sino asegurarse de que todo quedaba grabado y registrado en caso de que hubiera un incidente o se cometiera un delito.