22 de enero de 2016

El Instituto Bidasoa inicia la formación de pilotos de drones

El centro irundarra cumple con las condiciones para impartir el curso avanzado que habilita a un usuario para el uso profesional de aparatos no tripulados
El Instituto Bidasoa hizo una apuesta por la tecnología de aeronaves no tripuladas cuando éstas eran una herramienta incipiente y no muy extendida que contaba con más prometedoras posibilidades que certezas prácticas. En los casi seis años transcurridos desde entonces, el sector de los drones ha vivido una transformación radical durante la cual el centro irundarra ha seguido manteniéndose en la punta de lanza. Sus alumnos del ciclo de Proyectos de Obra Civil saldrán este año con la titulación para poder pilotar aeronaves por control remoto y han abierto esa posibilidad a cualquier profesional interesado a través de cursos específicos.
En diciembre arrancó el primer Curso Avanzado de Operador de Drones con el que 20 alumnos han completado las 60 horas de teoría para poder afrontar, «en cuanto la meteorología lo permita», indica el profesor Daniel Tena, las 20 horas de práctica. Según explica Tena, «entre los alumnos hay perfiles tan variados como los usos profesionales que permiten los drones». Así, hay profesionales del sector aeronaútico interesados en estar adecuadamente formados en los avances de su especialidad, pero también «topógrafos, profesionales de la fotografía y el vídeo o de la construcción, incluso gente que ve una oportunidad de futuro en el hecho de ser piloto de drones».
El uso de estos aparatos voladores por control remoto está regulado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). No son un juguete. Para ese uso lúdico, la legislación contempla espacios acotados concretos, pero para emplearlos como herramienta profesional es obligatorio ser piloto autorizado y cumplir con el resto de requisitos que establece AESA.
Demanda creciente
Los drones se han demostrado un valioso recurso en campos como la agricultura, la medición topográfica, el análisis de estructuras y sus patologías, el lenguaje audiovisual, la vigilancia o, incluso, la industria. Por la amplitud de sus posibilidades de uso y por el previsible aumento de las mismas en un futuro cercano, la demanda de formación para ser piloto es creciente. «Desde el centro, en colaboración con la empresa Easo Flyers, estamos ofreciendo la formación integral necesaria para esa titulación», comenta Tena. «Pero además, desde el propio instituto, hemos planteado cursos complementarios dirigidos a sectores concretos, como 'Topografía y Cartografía con drones', 'Interpretación de imágenes termográficas y multiespectrales' y 'Mantenimiento y reparación de drones'».
El coste de estos cursos específicos es de 150 euros por alumno, aunque el de piloto requiere una inversión mayor para afrontar la parte teórica, la práctica y la emisión oficial de los certificados correspondientes. Toda la información completa puede consultarse en la web del centro, www.fpbidasoa.org.
La apuesta del Instituto Bidasoa por ser referente en la tecnología de las aeronaves no tripuladas se enmarca en la política de innovación que rige el centro irundarra y que le ha llevado también a posicionarse al frente de otras revoluciones como puede ser la eficiencia energética, la impresión 3D o la llamada industria 4.0.