Es uno de los guardas contratados por la cooperativa para evitar robos y, además de golpeado, fue metido a la fuerza en el maletero de un furgón
Indignación en la Nava de Santiago tras la agresión brutal sufrida ayer por un guarda agrícola contratado por una cooperativa olivarera, Santa Quiteria, que quería protegerse de los numerosos robos de aceitunas que sufren los agricultores de la zona. El agredido es uno de los dos guardas que había contratado la cooperativa.
Eran las seis menos cuarto de la tarde de ayer. El guarda iba en su coche cuando una furgoneta ocupada por diez hombres, de nacionalidad rumana, se le atravesó en la carretera Ex214. Lo sacaron "a palos" de su coche tras echarlo a la cuneta. Parece que le conocían, según cuenta la familia. El guarda fue trasladado posteriormente al Hospital de Mérida, donde fue intervenido por rotura del tabique nasal.
Los agresores le introdujeron a la fuerza en el interior de la furgoneta con la que le habían interceptado. Gracias a tres hombres que estaban por la zona y que, de lejos, vieron que algo estaba sucediendo, el guarda pudo escapar del maletero del furgón. Sin embargo, los vecinos que le ayudaron también fueron agredidos.
Uno de sus defensores tiene vendada la cabeza de tal forma que tapan los casi diez puntos que le dieron tras la paliza. Otro vecino quedó tirado en el suelo, y al tercero le acabaron quitando la escopeta que llevaba en el maletero del coche.
"Lo que ocurrió ayer es muy fuerte, fue un intento de secuestro y asesinato", ha relatado a HOY el hermano del agredido. La familia de la víctima ha accedido sin problemas a relatar lo ocurrido, pero no quieren que sus nombres aparezcan en la prensa. “Nos queda un mes de aceituna y las fuerzas de seguridad oficiales deberían incrementar su trabajo en la zona”, lamenta.
Los vecinos que ayudaron al guarda agredido también salieron mal parados. “A uno de ellos le han tenido que dar puntos en la cabeza en consecuencia al palo que le dieron, y al dueño del coche le quitaron la escopeta”, cuenta también el teniente de alcalde, Agustín García Rueda, con un evidente tono irritado.
“Estoy hablando como agricultor dolido por la situación. Estamos viviendo una guerra abierta y viva. Va a pasar algo muy grave porque la gente está muy cansada de que las autoridades no hagan nada y continuamente vengan a robarnos lo que llevamos tiempo trabajando", critica el responsable municipal. Hay algunos agricultores que ya llevan escopetas en los maleteros del coche por lo que pueda pasar.
Robos diarios
Son unas 2.000 hectáreas de olivares los que le pertenecen al término municipal de la Nava de Santiago, un pueblo de 1.000 habitantes que en su gran mayoría vive de la agricultura, y en especial, de la aceituna. Los robos que se producen en las inmediaciones del municipio son diarios. No es extraño que una furgoneta de ladrones vaya mínimo una vez al día a ‘saquear’ los olivos, denuncian los vecinos, y, según cuenta un miembro de la Junta de la Cooperativa, “no es para llevarse un par de sacos, sino miles de kilos”.
Por si fuera poco los daños físicos sufridos por el guarda y los tres vecinos que intentaron ayudarle, de madrugada volvieron a producirse robos. A otros dos vecinos le robaron las aceitunas de uno de sus olivos al completo. Unos 4.000 kilos fueron lo que se llevaron sólo durante esta noche.
La Delegación del Gobierno ha reforzado la presencia de guardias civiles en esta localidad situada a 31 kilómetros de Mérida.