25 de febrero de 2016

Melilla suspendió concursos públicos de vigilancia para perpetrar la “contratación ilegal” con Eulen

La Ciudad Autónoma de Melilla suspendió varios concursos públicos para adjudicar a Eulen la seguridad privada municipal con el objetivo de beneficiar a la mercantil y “seguir con el fraccionamiento fraudulento de servicios mediante los contratos menores”. Así lo asegura la Guardia Civil que investiga la ‘operación Tosca’. Además, el Instituto Armado detalla que las licitaciones públicas eran suspendidas cuando peligraba la adjudicación a esta empresa y detalla la redacción de pliegos a su medida.
Funcionarios y cargos públicos de la Ciudad Autónoma de Melilla perpetraron la “contratación ilegal” de Eulen mediante “argucias deliberadas” en el seno de la Consejería de Seguridad Ciudadana. Así lo asegura la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que investiga la ‘operación Tosca’.
La Guardia Civil concluye que los hechos encajan en los presuntos delitos de prevaricación y fraude. Los investigadores apuntan principalmente como responsables al director general de Seguridad Ciudadana, Gregorio Castillo, detenido en febrero de 2015, y a dos secretarias técnicas de la Consejería.

Retrasos en los contratos para seguir pagando a Eulen
La Administración local buscó en primer lugar retrasar todo lo posible los concursos públicos, durante años, para seguir pagando a Eulen con el “fraccionamiento fraudulento de los servicios” mediante contratos menores. Seguridad Ciudadana suspendió hasta tres licitaciones para adjudicar a Eulen los servicios de vigilancia de dependencias municipales con actos administrativos “anómalos, inverosímiles y anormalmente contradictorios”, según consta en el sumario.
El Gobierno del Partido Popular de Melilla suspendió los concursos públicos con “intencionalidad dolosa” cuando podía estar en peligro la adjudicación de los contratos a Eulen al presentarse otras empresas del sector. La Guardia Civil afirma con “absoluta rotundidad” que los concursos se suspendieron siempre que Eulen competía con otras empresas líderes del sector.

"Perfeccionar" los pliegos de licitación
En cada suspensión de los concursos Seguridad Ciudadana aprovechaba para “perfeccionar” los pliegos de la licitación para que los criterios subjetivos, o juicios de valor, pesaran más que los criterios objetivos “ejerciéndose de esa manera un control total en la adjudicación del contrato”. 
Por si no fuera suficiente, el Ejecutivo local incluyó en los pliegos condiciones “arbitrarias y discriminatorias” para que ninguna empresa pudiera competir contra Eulen en los concursos.
De esta manera, mediante el amaño de concursos públicos, la Ciudad Autónoma dejó el fraccionamiento ilegal de contratos menores.