Gobiernos como el de Estados Unidos encargan algunas de sus operaciones militares en el extranjero a empresas privadas, que a menudo operan en un vacío legal sin control de sus actividades
El sector se disparó a raíz de la invasión de Irak, ganó mucho dinero con las operaciones subcontratadas y fue legitimado por los grandes contratos concedidos por el Gobierno estadounidense