19 de febrero de 2014

Denuncia que un vigilante de una sala le quemó con su cigarro por estar fumando

El afectado, cliente asiduo del local, ha puesto los hechos en conocimiento del juzgado


Quemarse con un cigarro es doloroso. Cualquier quemadura lo es. Pero más si ha sido realizada de forma intencionada. Un granadino de 44 años, vecino del Área Metropolitana y de iniciales A.J.R.A., asegura haber sufrido una agresión de este tipo hace unos días. Sucedió el pasado 26 de enero, de madrugada, en un establecimiento de copas de la capital. 
Según la versión del granadino, que ya ha puesto los hechos en conocimiento del juzgado para que se depuren posibles responsabilidades, fue un miembro del servicio de seguridad de dicho establecimiento quien le causó, supuestamente adrede, dos quemaduras en la mano con su propio cigarro. 
De acuerdo con el relato de hechos que realiza A.J.R.A., el vigilante le había recriminado previamente que hubiese encendido un cigarro en el interior del local y le había instado a que lo apagase, pero él no lo apagó del todo. 
Ante ello, siempre según su testimonio, el vigilante, presuntamente, decidió apagarlo usando su mano a modo de cenicero, ocasionándole heridas de las que ha tardado varios días en curar. 
Según consta en el documento de la denuncia que el afectado formuló en la Caleta dos días después del incidente, y a la que ha tenido acceso este diario, los hechos ocurrieron sobre las 01:30 horas del 26 de enero, cuando en el referido establecimiento, del que hasta entonces era cliente habitual, había un concierto. 
A.J.R.A. había observado "que había bastantes personas fumando", por lo que sacó un cigarro de liar que ya tenía preparado y lo encendió. A los pocos minutos, llegó el referido vigilante y "le dijo que allí no se podía fumar". 
El granadino "dejó que el cigarrillo se apagara para guardarlo", pero como no lo había tirado ni apagado del todo, el empleado del local se le acercó de nuevo para recordarle que no se podía fumar. Fue, según consta en la denuncia, al decirle A.J.R.P. que "el cigarro estaba apagándose" cuando, supuestamente, el vigilante "cogió el cigarro y se lo apagó en la mano, causándole lesiones". A continuación, "lo sacó fuera de la sala dándole empujones y patadas en los pies". 
A esta presunta agresión, descrita de forma detallada por el denunciante y de la que afirma hubo al menos un testigo, le siguieron supuestos "insultos y amenazas" por parte del trabajador de seguridad, después de observar que A.J.P.R, ya fuera de la sala, había vuelto a encender el cigarro. 
Si la denuncia sigue su curso y no es archivada -lo cual podría suceder si el juez determina finalmente que los hechos no tienen alcance penal-, lo lógico es que dé lugar a una causa judicial que puede ser tramitada como falta o como delito. Como no ha trascendido, de momento, si se ha tramitado de una forma u otra, podrá o acabar en un juicio de faltas o dar lugar a una investigación penal. 
En declaraciones a este diario, el afectado, que se define como una persona "tranquila" y que nunca había tenido en ese local ningún problema, indicó que ya ha recibido una llamada de la Policía Judicial para que identifique al testigo del que habla en su denuncia.